La versión final del Alfa Romeo 4C, el hermano pequeño del 8C Competizione, acaba de salir del horno para presentarse en el Salón de Ginebra 2013. Tras ver por primera vez el Alfa Romeo 4C hace ahora dos años en forma de prototipo, también en Ginebra, por fin lo podemos ver en su versión definitiva. Y, como esperábamos, no ha defraudado. Elegancia italiana en su diseño, ligereza en su construcción y toda la experiencia en el mundo de la competición de dos marcas como Alfa Romeo y Maserati –que presta su planta de Módena para su construcción– son puestas con mimo en el nuevo 4C, del que se crearán 2.000 unidades de entre 56.000 y 60.000 euros cada una.
Para crear este nuevo superdeportivo coupé biplaza, de motor central y propulsión trasera, los diseñadores de Alfa Romeo se han inspirado en otros modelos de la casa italiana. Incluso en su denominación: si el 8C Competizione toma su nombre de los ocho cilindros del modelo mítico de los años 30, y el 6C de su propulsor de seis cilindros, el 4C hace lo propio del motor de cuatro cilindros 1.75 Turbo, una evolución del mismo que monta el Giulietta Quadrifoglio Verde.
Este bloque motor, completamente en aluminio, será el que dará vida al nuevo Alfa Romeo 4C: 1.750 cc de cubicaje, inyección directa, turbo, distribución variable en continuo y con un sistema de barrido de la cámara de combustión que mejora el tiempo de respuesta del turbo. Todo esto para una potencia, todavía no confirmada, de 235 CV si atendemos a una versión más discreta, o de 300 CV si nos referimos a una posible versión aún más pasional.
Este raudal de potencia pasará a las ruedas traseras, de manera exclusiva, a través de una caja de cambios automática de doble embrague TCT, con cambio secuencial disponible en las correspondientes levas tras del volante. No podía faltar en una versión deportiva de Alfa su tecnología DNA para variar las configuraciones del vehículo. En este nuevo superdeportivo, a los tres modos de conducción habituales –‘Dynamic’, ‘Natural’, y ‘All Weather’–, se le suma un nuevo modo llamado ‘Race’, pensado para su uso y disfrute en circuito.
Ligereza al poder
Chasis completamente en fibra de carbono y partes de la carrocería en aluminio –bastidor ‘made in’ Dallara, compartido con el KTM X-Bow–, lo que garantizará un peso realmente contenido, en torno a los 830 kilogramos. Las suspensiones corren a cargo de un esquema de paralelogramo deformable delante, la misma que el Alfa 156, y un esquema McPherson detrás. Toda una declaración de intenciones que convertirán al nuevo 4C en una delicia al volante. Diversión, pasión y emociones a partes iguales para uno de los coches más esperados de los últimos años, que anuncia una relación de peso/potencia inferior a 4 kg/CV.
De su diseño, no podemos esperar otra cosa que no sea un modelo pasional, que resucite el espíritu de Alfa Romeo de antaño, y que ya con el ‘concept car’ presentado hace dos años dejaba entrever unas líneas a la altura de tal tradición. Su imagen es obra del centro de diseño de Alfa, tomando su inspiración en el mítico 33 Stradale y en el más reciente 8C Competizione. En el interior, también hace acto de presencia la fibra de carbono, siendo más que evidente en el panel central del salpicadero, realizado en fibra completamente a la vista.
Menos de cuatro metroe de longitud, dos metros de ancho y 1,18 metros de alto, con una distancia entre ejes que no llega a los 2,4 metros. Una perita en dulce para los amantes de los superdeportivos que, cuando salga a la venta a lo largo de este año –sin fecha definida todavía–, hará las delicias de más de uno. Lo esperamos con los brazos abiertos.