Woven City, así es la ciudad inteligente de Toyota

¿Última “locura" de Toyota? ¿Una ciudad inventada desde cero en 2021, con hidrógeno como energía? Para Toyota será el prototipo de la ciudad del futuro.

Woven City, la ciudad inteligente de Toyota
Woven City, la ciudad inteligente de Toyota

El CES de Las Vegas empezó como la reunión de los frikis de la electrónica para conocer lo último. Los fabricantes de coches encontraron que el CES era un filón para recoger ideas, para conocer a jóvenes talentos y, más tarde, para presentarse también como aglutinadores de tecnologías novedosas. Coche conectado, conducción autónoma, electrificación, han sido temas comunes en los últimos años, que escapaban al coche puro y duro, pero Toyota este año ha dado un salto cuántico: anuncia la creación de una ciudad, real, en Japón, con personas, familias y trabajos reales, que será a la vez un laboratorio sobre la ciudad del futuro para investigadores, científicos y empresas de todo el mundo.

Toyota cierra una fábrica, abre una ciudad

Se va a cerrar una planta de fabricación de automóviles en Japón, propiedad de Toyota, cerca del monte Fuji.Setenta y una hectáreas de terreno libres, algunos lo verían como una oportunidad urbanística en Japón, escaso de terrenos. De una manera peculiar lo ha interpretado Toyota, con su visionario al frente Akio Toyoda, lleno de deseos de trascender y no necesariamente por fabricar automóviles. Lo que ha desvelado Toyoda durante una presentación en el CES 2020 es la futura creación de una ciudad piloto en Higashi-Fuji, construida desde cero, una ciudad que será un prototipo de ciudad gigante en la que poner a prueba inteligencia artificial, tecnologías conectadas, movilidad como servicio, vehículos autónomos, robótica, hogares inteligentes, etc., en situaciones reales, con habitantes reales y empresas reales.

Se llama Woven City, que en inglés viene a significar Ciudad Entretejida, pero cuando se refieren a ello como ciudad lo hacen entrecomillándola. La dan el nombre “ciudad", pero pretender hacer crecer una comunidad, dotándola de una infraestructura conectada, digital, sostenible y basada en el hidrógeno. Ningún disparate poner en marcha el hidrógeno, cuando Japón pretende transformarse en 2050 a la economía del hidrógeno.

La "locura" de Toyoda tiene socios igual de iluminados para llevarla a la tierra. Toyoda va de la mano con el arquitecto danés Bjarke Ingels, que tiene en su haber proyectos lúdicos como la sede de Lego, avanzados como la nueva central de Google o el proyecto del World Trade Center 2. Por supuesto, del encuentro de mentes salen declaraciones como “nuestra colaboración y amistad fue inmediata e intensa", declararon públicamente en el CES.

Tres conceptos de calle en la ciudad de Toyota

El proyecto de Bjarke Ingles Gruop (BIG), tras ocho meses de trabajo, consiste en una ciudad a base de 3x3 de bloques de viviendas, con un parque o zona verde dentro de ellos. El concepto de ciudad de Ingels divide las vías en tres tipos: rápida, lenta y exclusivamente peatonal. Por las calles rápidas transitas coches autónomos eléctricos. Las vías rápidas se separan de las zonas para peatones por árboles. En las calles lentas conviven peatones y vehículos de movilidad personal. Las peatonales son, exclusivamente, lo que su nombre indica.

Del mismo modo que el transporte, las casas combinarán lo mejor de lo tradicional y lo más avanzado: se fabricarán en madera, con técnicas de unión tomadas de la tradición japonesa, pero construidas por robots. Tejas fotovoltaicas cubrirán los tejados. No solo serán casas inteligentes, conectadas, sino que la robótica (no necesariamente androides) asistirá a sus ocupantes en el día a día.

La infraestructura de la ciudad estará soterrada (en este país de terremotos, sorprende a un occidental la maraña de miles de cables que sobrevuelan las calles), incluidas las conducciones de hidrógeno. Una infraestructura fundamental es el reparto, que se ha convertido en las grandes ciudades como una de las causas primeras de atascos y de circulación. El trasiego de mercancías irá también soterrado, sirviendo directamente a los bloques desde sus sótanos.

Naturalmente, los Toyota e-Palette, vehículos autónomos de servicios, entrarán en este ecosistema, como transporte compartido o como tiendas móviles, pero también reinventarán lugares tradicionales, como la plaza del mercado un día de la semana, ferias de atracciones, lugares de “fast-food", eventos, etc.,. Según Ingels, una oportunidad para volver a incitar a la creación de interacciones humanos en la era de la tecnología.

Está previsto que los primeros trabajos comiencen en 2021 y que sean 2.000 sus primeros habitantes. Para Toyota, la creación de una ciudad es su “personal campo de sueños… una oportunidad única en la vida", pero conociendo su trayectoria, Toyota no se quedará ahí. Antes de levantar la ciudad, se recreará su funcionamiento de manera virtual. Lo que significa que tendrá un sistema operativo digital de la ciudad, que irá confrontando y validando con la realidad en tiempo real. Una inteligencia artificial que al compararse con su realidad en tiempo real, se podrá convertir en lo que han venido a llamar “inteligencia amplificada". Por supuesto, al estar diseñada la ciudad a su medida, bajo su control, podrá más tarde escalarla.

En el futuro, Toyota podrá disponer de millones de sensores móviles, embarcados en sus coches, con los que capturar imágenes y todo tipo de datos del funcionamiento de la ciudad, que podrían interpretarse, analizarse y servirse a las administraciones, para atender desde emergencias a necesidades del tráfico. Muchos otros grandes actores, como IBM, ya venden estos servicios de gestión inteligente a las ciudades. Toyota ya lleva tiempo construyendo su propio ecosistema de información, en una nube, que en último término sería de capaz de comprender y gestionar una ciudad, pero ahora estaría lleno de ruido o demasiadas variantes fuera de su control. Woven City será un sueño de ciudad inteligente, para poder entender y poner a prueba sistemas (mientras se mantienen casi todos los parámetros bajo control), previsiblemente para poder transplantar ese sistema operativo a nuestras ciudades, también reales, pero más caóticas y que siempre estarán menos digitalizadas y con más sorpresas ante las que reaccionar. ¿Quién dijo que la industria del automóvil no está siempre dispuesta a cambiar?