Volkswagen Golf GTI

Desde que hace 28 años se oyeran por primera vez las siglas GTI aplicadas a un modelo de calle, estas tres letras son sinónimo de deportividad y de, por qué no decirlo, de glamour. Con esta quinta generación, que Volkswagen nos ha presentado en el circuito de Paul Ricard, no se pierde un ápice de ese halo de coche prestigioso e incluso se potencia su estética rácing.

Volkswagen Golf GTI
Volkswagen Golf GTI

En cuanto al comportamiento, el tan traído y tan llevado espíritu GTI, no se percibe ninguna radicalidad en el mismo. Se muestra noble en todas las situaciones, avisando progresivamente cuando nos acercamos al límite, lo que le hace accesible para todo tipo de conductores. Sin atrevernos a decir tras esta toma de contacto que es torpe, ni mucho menos, tenemos la sensación de que su agilidad podía haberse mejorado y, de esa manera, recuperar ese halo de coche principalmente dinámico del primer Golf GTI. El ESP es intrusivo pero no en exceso y, aunque lo desconectemos, su propia configuración hace que entre en funcionamiento automáticamente cuando detecta que hemos perdido parte del control del vehículo en una curva, o, lo que se conoce popularmente como “estar vendido". Las suspensiones, rebajadas 15 mm (que son muchos milímetros) respecto a un Golf convencional, están perfectamente trabajadas. Debemos agudizar mucho los sentidos para verificar realmente su firmeza, que se esconde tras una capacidad de absorción de las irregularidades muy buena.

La dirección es muy precisa y los frenos, a la espera de tener los datos de nuestro Centro Técnico, muestran un comportamiento muy bueno. Incluso, podemos adelantar que las distancias de frenado serán de las mejores del segmento, entre 70 y 73 metros. Unos párrafos más arriba, repasábamos los elementos estéticos exteriores que diferenciaban a este GTI frente al resto de la gama. En el interior, Volkswagen también ha realizado una serie de concesiones a los amantes de los elementos con toques rácing. Se ha rediseñado el cuadro de mandos, con una pantalla para el ordenador de a bordo más grande y nuevos relojes y grafías, y se han colocado inserciones metálicas en el salpicadero y en los pedales. Sin embargo, lo que más llama la atención es el nuevo volante de tres radios en cuero y la nueva palanca de cambios, ambos con una estética más moderna. Los asientos son específicos para esta versión y recogen con perfección nuestro cuerpo, sobre todo a la altura del costado. Permiten que nuestro tronco quede bien sujeto ante cambios de apoyo e inercias del automóvil y cuentan con reposacabezas integrados pero regulables en altura. El Golf GTI llegará a los concesionarios de nuestro país en diciembre y su precioo será de 27.000 euros para la versión manual y de 29.500 para la automática DSG. En su dotación no faltarán los citados elementos estéticos diferenciadores, las llantas de aleación de 17 pulgadas, el sistema antipatinamiento, el control de estabilidad, el bloqueo electrónico del diferencial, faros bi-xenon con lavafaros, radio CD con cargador de 6 CDs, sensor de lluvia, indicador de presión de los neumáticos, alarma volumétrica, volante multifunción (con levas para el DSG) y control de crucero. No habrá, por el momento, un GTI TDI y el único motor disponible es el 2.0 TFSI de 200 CV, asociado a una caja de cambios manual de seis relaciones o a una automática DSG y con carrocería de 3 y 5 puertas.En definitiva, aquellos que esperen un coche esencialmente dinámico no se sentirán satisfechos con este modelo, mientras que los que busquen un coche rápido y prestacional, fácil de conducir y cargado de prestigio y simbolismo (el Golf tira mucho) habrán acertado de pleno.En cuanto al comportamiento, el tan traído y tan llevado espíritu GTI, no se percibe ninguna radicalidad en el mismo. Se muestra noble en todas las situaciones, avisando progresivamente cuando nos acercamos al límite, lo que le hace accesible para todo tipo de conductores. Sin atrevernos a decir tras esta toma de contacto que es torpe, ni mucho menos, tenemos la sensación de que su agilidad podía haberse mejorado y, de esa manera, recuperar ese halo de coche principalmente dinámico del primer Golf GTI. El ESP es intrusivo pero no en exceso y, aunque lo desconectemos, su propia configuración hace que entre en funcionamiento automáticamente cuando detecta que hemos perdido parte del control del vehículo en una curva, o, lo que se conoce popularmente como “estar vendido". Las suspensiones, rebajadas 15 mm (que son muchos milímetros) respecto a un Golf convencional, están perfectamente trabajadas. Debemos agudizar mucho los sentidos para verificar realmente su firmeza, que se esconde tras una capacidad de absorción de las irregularidades muy buena.

La dirección es muy precisa y los frenos, a la espera de tener los datos de nuestro Centro Técnico, muestran un comportamiento muy bueno. Incluso, podemos adelantar que las distancias de frenado serán de las mejores del segmento, entre 70 y 73 metros. Unos párrafos más arriba, repasábamos los elementos estéticos exteriores que diferenciaban a este GTI frente al resto de la gama. En el interior, Volkswagen también ha realizado una serie de concesiones a los amantes de los elementos con toques rácing. Se ha rediseñado el cuadro de mandos, con una pantalla para el ordenador de a bordo más grande y nuevos relojes y grafías, y se han colocado inserciones metálicas en el salpicadero y en los pedales. Sin embargo, lo que más llama la atención es el nuevo volante de tres radios en cuero y la nueva palanca de cambios, ambos con una estética más moderna. Los asientos son específicos para esta versión y recogen con perfección nuestro cuerpo, sobre todo a la altura del costado. Permiten que nuestro tronco quede bien sujeto ante cambios de apoyo e inercias del automóvil y cuentan con reposacabezas integrados pero regulables en altura. El Golf GTI llegará a los concesionarios de nuestro país en diciembre y su precioo será de 27.000 euros para la versión manual y de 29.500 para la automática DSG. En su dotación no faltarán los citados elementos estéticos diferenciadores, las llantas de aleación de 17 pulgadas, el sistema antipatinamiento, el control de estabilidad, el bloqueo electrónico del diferencial, faros bi-xenon con lavafaros, radio CD con cargador de 6 CDs, sensor de lluvia, indicador de presión de los neumáticos, alarma volumétrica, volante multifunción (con levas para el DSG) y control de crucero. No habrá, por el momento, un GTI TDI y el único motor disponible es el 2.0 TFSI de 200 CV, asociado a una caja de cambios manual de seis relaciones o a una automática DSG y con carrocería de 3 y 5 puertas.En definitiva, aquellos que esperen un coche esencialmente dinámico no se sentirán satisfechos con este modelo, mientras que los que busquen un coche rápido y prestacional, fácil de conducir y cargado de prestigio y simbolismo (el Golf tira mucho) habrán acertado de pleno.