Estas son las principales conclusiones de la encuesta puesta en marcha por la organización de defensa de los conductores Automovilistas Europeos Asociados (AEA) como parte de la campaña de seguridad vial ‘No le dejes conducir si ha bebido’, promovida con el fin de provocar en la sociedad un debate acerca de los riesgos del alcohol en la conducción y de lo que cada uno puede hacer para evitar que conduzca alguien que ha bebido.
AEA considera que los automovilistas españoles están cada vez más concienciados de los riesgos del alcohol y la conducción, pero hay situaciones en las que no es uno mismo el que ha bebido y hay que velar por la seguridad de nuestros allegados evitando que conduzcan después de unas copas, una situación a la que se tienen que enfrentar cientos de miles de personas en noches como la de Nochebuena o Nochevieja.
En los diez días que lleva funcionando la campaña, la opción por la que se ha decantado uno de cada cuatro encuestados para evitar que un familiar o un amigo que ha bebido conduzca es la de ‘Llevarle a casa conduciendo yo’ (26 por ciento), seguida por la opción de ‘Quitarle las llaves’ (23 por ciento).
Las que menos aceptación han sido las opciones de ‘Prolongar la noche para que se le pasen los efectos del alcohol’ (5 por ciento), así como la de ‘Advertirle del riesgo de que le pare la policía’ (10 por ciento).
AEA advierte que es aún muy alto el grado de desconocimiento que tienen los conductores acerca de las consecuencias patrimoniales y de pérdida de derechos por conducir ebrio. En la última encuesta realizada por AEA el pasado mes de septiembre, el 65 por ciento de los conductores encuestados desconocían que los seguros excluyen de cobertura los daños causados por conductores ebrios.
Pero más elevado es el porcentaje de desconocimiento sobre la responsabilidad en que pueden incurrir los propietarios de vehículos que prestan su automóvil a otros, ya que el 80 por ciento de los encuestados no sabe que como propietarios responderían también de los daños causados por dichos conductores ebrios aun estando el vehículo asegurado ‘a todo riesgo’, si estos fueran insolventes.
Respecto de la pérdida de derechos, AEA recuerda que el grado de desconocimiento es absoluto cuando se trata de extranjeros residentes en España, ya que la práctica totalidad (98 por ciento) desconoce que si comete un delito de seguridad vial por conducir ebrio no podría obtener la nacionalidad española.