Una presunta víctima de 'El Pelao': 'Me abordó un hombre con pasamontañas y me encañonó con una recortada'

El acusado no reconoce los hechos y denuncia que se le implicó por no identificar a personas relacionadas con blanqueo de capitales

Una de las presuntas víctimas de Santiago S.L., apodado 'El Pelao', acusado del rapto de dos mujeres y del abuso de una de ellas, ha relatado este martes en el juicio cómo su agresor le abordó la madrugada del 27 de octubre de 2001 en una calle próxima al Paseo de la Habana y le obligó a punta de pistola que se introdujera en el maletero de su propio vehículo.

'Me abordó un hombre vestido de negro y con un pasamontañas. Me encañonó con una pistola, una especie de recortada con silenciador y con culata de madera', ha narrado la mujer, quien ha declarado a escasos metros de su presunto agresor al no requerir un biombo para evitar la confrontación visual.

Santiago S.L. es juzgado por supuestamente secuestrar a dos mujeres y agredir sexualmente a una de ellas en la capital. Se enfrenta a 30 años de prisión por dos delitos de detención ilegal, dos delitos de robo con intimidación, un delito de agresión sexual y un delito de tenencia de armas de fuego.

En su declaración, 'El Pelao' ha negado ante el tribunal todos los hechos que se le imputan y ha denunciado que su implicación se debe a su negativa a identificar a una presunta trama de blanqueo de capitales.

'¿Es cierto que apuntó con una pistola a una mujer y la obligó a meterse en el maletero de su coche?', le ha inquirido la fiscal, a quien ha contestado con un 'no' de forma tranquila. Tras ello, ha contado que la madrugada del 27 de octubre de 2011 estuvo cenando en un bar de Torrejón.

'A la una me fui a Gran Vía. Estuve en un bar con un amigo hasta las tres y pico. A las cuatro llegué al hotel', ha señalado. Además, ha añadido que a la mañana siguiente quedó con una persona que le entregó un maletín de dinero de unos negocios de alquiler de pisos y se fue a Lerida, donde había quedado con otra persona para la entrega de esa cantidad, reconociendo que el dinero estaba relacionado con el blanqueo de capitales.

En un momento de la declaración, la fiscal le ha preguntado si tenía una verruga en un pulgar, tal y como sostiene una de las supuestas víctimas. A la pregunta, éste ha replicado que sólo tiene una cicatriz en un dedo de un corte profundo que se hizo hace tiempo.

Asimismo, el procesado ha contado que, después de estar dos días en el calabozo, unas agentes de la Policía le presionaron para que contara los datos que sabía del tema del blanqueo. 'Me empezaron a presionar y me decían que yo sabía los datos de las personas que buscaban. Decían que si no hablaba, iría 25 años a la cárcel', ha señalado.

SECUESTRO A PUNTA DE PISTOLA

Con voz quebrada y visiblemente nerviosa, una de las víctimas ha contado que esa noche llegó alrededor de las dos de la madrugada a Madrid de una cena de trabajo. Aparcó cerca de la calle Paseo de la Habana, ya que se iba a dirigir a la casa de su marido. Cuando estaba cogiendo un cargador de móvil en el maletero, alguien se le acercó de forma sorpresiva.

'Sentí alguien detrás de mi. Había una persona vestido de negro encapuchado con una pistola, una especie de recortada con silenciador y con culata de madera. Y le dijo: no, no. Ya sabía lo que me iba a pasar. Me dijo: no quiero problemas. Me empujó y me golpeó en la boca. Me metió en el maletero de mi coche', ha narrado.

Tras ello, la llevó a un descampado y la pidió que se desnudara. A continuación, la volvió a meter en el coche y le pidió que le diera los números pin de sus tarjetas de crédito. De nuevo, la introdujo en el maletero y cambiaron de lugar.

'Sentí que paramos en un peaje y fuimos a otro descampado, donde se oían los aviones. Me volvió a bajar. Y me dijo que tenía una hora para descansar y que estaba a la espera de instrucciones. Que a las nueve le dirían que haría conmigo. Me dijo que descansara y me dijo que haría lo posible para que no me hiciera nada. Y abusó de mi', ha relatado.

Según su versión, cuando el hombre abusó de ella pudo ver sus manos, ya que hasta entonces las llevaba cubiertas con unos guantes de cuero. Así, pudo ver que tenía los dedos de las manos gruesos y como aplastados, con una cicatriz abultada en el pulgar, un extremo que coincide con el procesado.

Tras la vejación, la volvió a meter en el maletero y la llevó a otra zona. 'Me dio un sandwich y un cepillo de dientes. Me dijo que me iba a dejar escapar. Salí corriendo y fui a La Paz', ha señalado la víctima, a quien sustrajo hasta 1.200 euros de sus cuentas.

Oculta con un biombo, otra de las víctimas ha señalado que el 9 de noviembre de 2011 se encontraba sobre las nueve de la mañana en la calle Riaño, próxima al aeropuerto de Barajas. 'Estaba en un aparcamiento. Salió alguien con un pasamontañas y me dijo que me metiera en el maletero. Me quitó el bolso y me di cuenta, una vez dentro, que tenía el móvil. Empecé a escribir a mi marido por el whatsapp y por el mesenger de Black Berry. Le puse que me ayudara que me habían secuestrado', ha narrado.

Transcurrido un rato, empezó a escuchar una sirena y escuchó a alguien que pusiera las manos sobre el coche. 'Empecé a dar patadas a la bandeja del maletero. Vi a un chico que iba de paisano y abrió el maletero. Y me dijo que se había escapado', ha contado.

HECHOS JUZGADOS

El procesado se halla en prisión provisional desde el 30 de diciembre de 2011 cuando fue detenido en su domicilio de La Roda (Albacete). Según la Policía, este cerrajero empleaba sus viajes de trabajo para raptar a chicas y agredirlas sexualmente.

Según el fiscal, el procesado abordó hacia las dos de la madrugada del 27 de octubre de 2011 y cubierto con un pasamontañas a una joven en la calle Francisco de Goya de Madrid, apuntándole con una carabina de calibre 22 para la que crecía de licencia de armas.

La obligó así a introducirse en el maletero de su automóvil. Durante toda la noche estuvo circulando con ella en el maletero y, cuando ya amanecía, abusó de ella. Luego, la volvió a meter en el maletero hasta que hacia las 12:30 horas la liberó en la calle Arzobispo Morcillo de la capital.

En otro episodio, hacia las 9:00 horas del el día 9 de noviembre de 2011, y valiéndose de la misma carabina, volvió a secuestrar a otra joven en lel párking de la calle Riaño. Como también había hecho con su anterior víctima, le quitó las tarjetas bancarias y le obligó a darle el número secreto (PIN) para sacar dinero en diferentes cajeros automáticos.

Hacia las 11:50 horas la joven fue rescatada por la Policía de Torrejón de Ardoz, localidad donde se encontraba en ese momento el vehículo. La Policía había sido alertada por la propia víctima que había hecho llamadas desde su teléfono móvil. No obstante, Santiago S. logró escapar de la operación policial.