Una muestra ofrece desde la primera guagua a un Corvette del 68 que iba a 200

Un recorrido por la historia del automóvil, que va desde la primera guagua que llegó a Canarias en 1928 hasta un Corvette del 68 que superaba los 200 kilómetros por hora gracias a sus casi 400 caballos, se exhibe estos días en una muestra en Las Palmas de Gran Canaria.

Un centro comercial de la capital grancanaria es el escenario que recoge una selección de una veintena de vehículos clásicos y antiguos de los más de 800 que atesora el Club de Automóviles Antiguos de Las Palmas, que organiza la muestra.

El presidente de la entidad, Félix Falcón, explicó a Efe que estos vehículos son 'auténticas joyas', cuyo precio puede oscilar entre los 10.000 y los 100.000 euros y cuyo consumo 'es algo que mejor no tener en cuenta'.

Resaltó además que el mantenimiento de estos vehículos -'algunos de los cuales están hoy más bonitos que cuando salieron a la calle'-

es muy complicado puesto que ya no existen mecánicos, chapistas o pintores que sepan realizar los trabajos como se hacían antes,

Funcionan con mecánicas antiguas que requieren un mantenimiento exquisito que no puede ser realizado por cualquiera, por lo que el club tiene en proyecto crear una escuela profesional para que no se pierdan esos conocimientos y oficios.

Indicó además que, aparte de la estética, no existe prácticamente ninguna similitud con los vehículos actuales, 'son dos mundos distintos' y, aunque hoy existen grandes joyas en cuanto a tecnología, no se puede comparar con la estética de los coches antiguos (realizados antes de 1940) o clásicos (hasta 1975).

Entre los coches más admirados de esta colección se encuentra la primera guagua que llegó a Canarias en 1928, un Ford de 18 caballos capaz de transportar a nueve personas y conocido como 'jardinera', o un Corvette de 1968 que destaca fundamentalmente por su hermoso color rojo y dos aparatosos tubos de escape que salen por ambos costados del vehículo. 'Un auténtico avión', dijo Falcón.

También destaca un Buick de 1935 y un Witter de 1920 con radios de madera en sus ruedas, vehículos que han inmortalizado las películas de Hollywood como los preferidos por los gángster en blanco y negro.