No es la primera vez que alertamos sobre el riesgo que generan hoy día las llamadas “Smart Keys" o llaves inteligentes para coches. Tanto la policía, como diferentes estudios internacionales, llevan tiempo confirmando que la copia de los códigos de estos dispositivos en remoto se ha convertido en una de las principales armas de los ladrones para robar coches. Y hay que recordar que España es el tercer país de la Unión Europea en el que más coches se sustraen, hasta 120 al día.
Ayer mismo, de hecho, dos nuevas informaciones volvieron a poner de actualidad esta metodología creciente de robos de coches… hasta el punto que la prestigiosa conferencia de seguridad informática RootedCon, celebrada en Madrid, dedicó un capítulo y una demostración propia a este problema de ciberseguridad.
A través incluso de una demo en vivo, los expertos en seguridad volvieron a confirmar que estos mandos cuentan con chips integrados en los llaveros que alojan una clave criptográfica, que es la que garantiza al coche que se usa la llave original para abrirlo y arrancarlo. Uno de los métodos más comunes para copiar estos códigos, según contaron, es empleando grandes antenas que colocan cerca de la entrada de la casa y del coche, para aprovechar que la mayoría de la gente deja las llaves muy próximas a las puertas.
Las mejores soluciones low cost para evitar la copia de llaves
Evidentemente, este método lo usan los ladrones principalmente en viviendas unifamiliares, pero… ¿podemos evitarlo? Pues los expertos en ciberseguridad dieron también algunos importantes consejos como contramedidas para las llaves, con algunas soluciones low cost que mitigan en buena parte el riesgo… y que confirman muchos mitos de los que ya hemos hablado.
En primer lugar, los hackers dan dos importantes trucos muy baratos: envolver la llave electrónica íntegramente en papel de aluminio o quitarle la pila. Sencillo, rápido y efectivo… aunque implique por supuesto tener que realizar esa acción cada día al llegar a casa.
El otro método muy eficaz que nos cuentan los expertos en ciberseguridad es crear una jaula de Faraday en torno a la llave, para evitar que puedan copiarse los códigos. ¿Y cómo se puede hacer? Lo más fácil es meter las llaves en la nevera o el congelador, y así evitarás que puedan actuar las señales. Otro, es comprar una funda de Faraday específica para las llaves del coche, que puedes [encontrar en cualquier plataforma de comercio online a través de google](https://www.google.es/search?sxsrf=ALeKk01xDwAiKlJQR3m7MIiXDgF27F9Rag:1583486776108&ei=OBdiXqGZBpyGjLsPq-2r-A4&q=funda de faraday para llaves de coche&oq=funda de faraday para llaves de coche&gsl=psy-ab.3...1862.7594..7751...0.4..0.137.2203.25j2......0....1..gws-wiz.......0i71j0i7i30j0i13j0i8i13i30j35i304i39j35i39j0j0i22i30j33i160j33i21.uEZUMCDOmEw&ved=0ahUKEwihla2w4XoAhUcA2MBHav2Cu8Q4dUDCAs&uact=5), como Amazon o AliExpress, desde solo 5 euros el juego de dos fundas. Y esta vez no es un mito: son palabras de hacker.
Qué llaves de coches es más fácil copiar
Conocido el problema y los consejos, volvemos al inicio cuando hablábamos de nuevas informaciones que alertaban sobre el problema de las copias de códigos de las llaves de los coches. Y es que, al mismo tiempo que se celebraba este evento en ciberseguridad, las universidades de Lovaina, en Bélgica, y Birmingham, en Reino Unido, publicaban un estudio de investigación por el cual venían hackeando llaves de todas las marcas desde el año 2008.
De este estudio, las universidades han detallado que tres marcas por encima del resto, Toyota, Kia y Hyundai, son las que se han visto especialmente afectadas, al tener en común un determinado chip: el denominado DST80, diseñado y producido por la compañía Texas Instrument.
Este chip es el encargado de almacenar las claves del cifrado de la llave, que luego el sistema del coche lee para abrirse o arrancarse. El DST80 puede llegar a almacenar claves de hasta 80 bits, pero muchos fabricantes optan incluso por claves menos complejas, empleando solo 24 bits o incluso menos, pudiendo ser crackeada más fácilmente incluso por un ordenador portátil en cuestión de milisegundos. Con un lector y transmisor sencillo bastaría.