La Comisión Europea ultima el proyecto que contempla la aplicación de un gravamen por circular en los 60.000 kilómetros que conforman la red transeuropea de transportes. Pues bien, en principio, este nuevo peaje será de libre aplicación, es decir, los países que quieran pueden utilizarlo y los que no quieran no están obligados a hacerlo.
Ahora bien, los estados miembros que deseen aplicar la tasa podrán utilizar hasta un 20 por ciento de lo que obtengan con el cobro a diversos proyectos de investigación acerca de otros tipos de transporte alternativo.
Si se implanta el gravamen, sólo lo pagarán los vehículos comerciales de más de 3,5 toneladas y los autobuses de más de nueve plazas, con lo los conductores de turismos quedarán exentos. Los países que acepten cobrar este peaje podrán adaptarlo a sus necesidades en función de los kilómetros recorridos, el tipo de vehículos, las zonas por las que pasa la vía –mayor o menor impacto medioambiental-, etc.
La patronal de transportes española, Asetra, ha pedido a la Comisión que no se aplique el gravamen a los autobuses. Para Asetra, los autobuses reducen la contaminación y los accidentes, porque cada uno de ellos sustituye a unos treinta turismos.
En la misma línea de peticiones se encuentra la Asociación Nacional de Transporte de Animales (ANTA) que ha asegurado que la tasa supondrá "la ruina de muchas empresas comunitarias", en palabras de Alberto Herranz, su gerente. Según esta asociación, el peaje propuesto por la UE "va en contra del libre comercio".
La justificación de esta tasa ha sido explicada por la Comisaria de Transportes y Energía de la UE, Loyola de Palacio. Según De Palacio, el peaje es necesario porque, si hay países –como Francia o Alemania- que deciden esta imposición unilateralmente, se rompe el principio de igualdad entre los demás miembros.
Entre 1996 y 2003 se han invertido en la red española de carreteras 16.966,46 millones de euros (unos 2.8 billones de las antiguas pesetas). Esta cifra ha sido facilitada en el congreso de los Diputados por el Ministerio de la Presidencia después de que Miguel Ángel Heredia, del Grupo Socialista, preguntara al Gobierno por el dinero empleado en arreglar puntos negros de nuestras carreteras. Según el Ministerio de la Presidencia, la construcción de nuevas vías contribuirá a una mejora de la accidentalidad en la red de alta capacidad. Sin embargo, por muchas infraestructuras nuevas que se hagan, si no se arreglan las deficiencias de las existentes, es complicado que el índice de accidentalidad disminuya en los lugares donde no hay vías nuevas alternativas que utilizar.