Lo venimos anunciando durante todo este año 2021 y parece que la DGT está verdaderamente decidida a dar el paso. Hace unos meses, desde este organismo se explicó que muchas ciudades están pidiendo el registro de dimensiones de los nuevos vehículos para que puedan establecer tarifas de aparcamiento regulado en sus calles en función del tamaño de estos.
Susana Gómez, subdirectora de vehículos de la DGT, dijo en su día que “a final de año tenemos previsto tener en el registro de vehículos la longitud, altura y anchura”. Esta información estaría ya enviándose a los ayuntamientos para que dentro de muy poco estas nuevas tarifas se hagan realidad. Claro que, aquí, hay que aclarar que será cada equipo de gobierno local el que tome la decisión de hacerlo o no.
Se abre así pues una nueva vía de recaudación para los ayuntamientos, ya que esta medida apunta a penalizar a los vehículos más grandes, entre los que se incluyen los SUV. A más tamaño, mayor peso y, por ende, mayor consumo; eso sin tener en cuenta el tipo de mecánica, porque un SUV eléctrico no emite ningún gramo de CO2 en movimiento. Hasta ahora, estamos viendo cómo muchas ciudades tienen en cuenta la etiqueta medioambiental para discernir entre unos vehículos y otros.

En Madrid, por ejemplo, los vehículos con etiqueta Cero no pagan en las zonas verdes y azules de la capital, los ECO pagan la mitad y, por ejemplo, los más contaminantes (sin etiqueta) pagan un porcentaje extra sobre la tarifa base; además, pronto se tendrá en cuenta también la contaminación en la ciudad para realizar el cálculo de la tarifa.
Esta nueva medida que pueden llevar a cabo los ayuntamientos para cobrar más a los vehículos más grandes estará pensada para los vehículos nuevos: es decir, los de nueva matriculación, y no para los coches que ya se encuentran circulando en la actualidad.
En Europa ya tenemos algunos ejemplos de lo que estamos hablando: en Tubinga, en Alemania, los vecinos venían pagando hasta ahora una cuota de 30 euros al año; sin embargo, las tarifas han subido considerablemente a 120 euros para los coches más pequeños (cuatro veces más) y ¡180 euros! para los coches más grandes (seis veces más). El consistorio germano quiere así fomentar el uso del transporte público en sus calles y, de cara a 2030, ser una ciudad neutra de emisiones de carbono.