Sebastián cree que exportar es el gran aval de las plantas de automóviles

El exministro de Industria, Turismo y Comercio Miguel Sebastián dijo a EFE que el mejor aval de futuro de las plantas automovilísticas instaladas en España es su alto nivel exportador.

De esta forma, el titular de este departamento en el último gobierno socialista resta dramatismo a las opiniones vertidas desde el sector de que un mercado interno con 750.000 unidades, como se presume de cierre para este año, ponga en serio riesgo la supervivencia de este tejido industrial a corto plazo.

'La clave es que sigan exportando -puntualiza Sebastián- y para eso son muy importantes los planes de competitividad que, al final son los que garantizan esas exportaciones'.

Sebastián reconoció que el automóvil 'es un sector muy especial y no sólo me refiero a los fabricantes, sino a toda la industria auxiliar de componentes y también a la distribución y, por eso, necesitamos cuidarlo'.

El exministro, que juzga su gestión en el área del automóvil, al frente del departamento de Industria con un 'lo hicimos razonablemente bien', reconoció que las ayudas a las ventas de coches contaron con la oposición 'de un sector muy importante del Gobierno'.

Concretó que se esgrimieron desde argumentos medioambientales hasta restricciones presupuestarias y sacarlos adelante 'fue una dura lucha'.

Cronológicamente, Sebastián aludió al Plan VIVE que 'no fue tan malo como la reputación que tuvo, y de hecho, a los siete meses se agotó, pero sí que es verdad que no consiguió calar en el sector'.

No obstante, apuntó que una iniciativa semejante al Plan VIVE, que pone el acento sobre la ayuda a la financiación más que a la venta puede ser una buena herramienta de estímulo a la demanda en los tiempos actuales, siempre que se supere el efecto sicológico que ejerce en este tipo de acciones 'el dinero contante y sonante'.

A este plan siguió el 2000E, 'que nos costó muchísimo sacar, pese a ser una iniciativa que se autofinanciaba'. Por ello, Sebastián consideró que su conclusión sin nuevas prórrogas fue un momento amargo en su trayectoria como ministro.

Sebastián juzgó como el momento más dulce de su gestión 'cuando conseguimos una cadena de adjudicaciones de nuevos modelos como el Audi Q3, que era el primer coche de alto valor añadido que se traía a España, y también el Ford C-Max, el Renault Twizy, el Mercedes Vito y las luchas por mantener la actividad en Nissan y Opel'

El papel de los sindicatos en este adjudicación de nuevos modelos para las fábricas españolas, Sebastián lo valora en todo lo alto y afirma que estos representantes laborales 'dieron ejemplo, primero, de inteligencia, y segundo, de flexibilidad'.

'Para mí -dijo- dieron el mayor ejemplo de éxito en el diálogo social dentro del sector del automóvil y eso que en algunos sitios sacar adelante estos planes no era fácil. Me hubiera gustado que esa sensación se hubiera extendido al resto de la economía española'.

Otro de los asuntos que generó polémica en su gestión fue la enmienda a la Ley de Distribución que regulaba las relaciones entre las marcas y los concesionarios.

Según Sebastián, 'sabíamos que de salir adelante iba a ser tan demoledora para la industria que al final no se iba a poner en práctica y así fue. Fuera, afortunadamente, no se enteraron'.

El ex ministro reconoció algunos abusos hacia el sector distribuidor, que se han corregido, pero 'no tiene ningún sentido perder la industria del automóvil por los deseos de la distribución, cuya existencia depende de la industria'.

En sus relaciones con el sector no desmereció a ninguna asociación, pero admitió que las relaciones fueron más fáciles con Anfac (fabricantes), por lo sencillo de su estructura, y más difíciles con Faconauto (concesionarios), por su complejidad organizativa.