El proyecto ha sido presentado por el concejal de Interior, DGT y Seguridad Vial; Medio Ambiente y Servicios, José Manuel Arias Guillán; y el ingeniero que lo ha desarrollado, Carlos Suárez, en el I Encuentro de Ciudades para la Seguridad Vial que se celebra en Gijón.
La ‘turboglorieta’ recibe esta nombre porque aumenta la capacidad de las intersecciones entre un quince y un veinte por ciento e incrementa la seguridad. La distribución de tráfico que propone otorga utilidad a todos los carriles, ya que cada uno de ellos traslada al conductor hasta una salida por lo que ha de elegirse desde el inicio el carril en función del destino.
Esto, ha apuntado Suárez, agiliza la circulación, porque si bien el radio de curva obliga a reducir la velocidad considerablemente, no lo hace de una forma tan pronunciada como las glorietas tradicionales, lo que evita los atascos en la zona.
El Ayuntamiento de Grado instalará en la infraestructura bordillos a la misma altura que el resto de la glorieta, balizas luminosas e intermitentes de los laterales de los lados de cebra.
La ‘turboglorieta’ se ha adoptado tras la realización de una encuesta a 467 personas, de las que el 51,4 por ciento concluyó que la seguridad a la hora de conducir en la villa era ‘mala o muy mala’.