La Guardia Civil está cometiendo graves y relevantes fallos en los atestados de tráfico: lo pone de manifiesto Juan José Alba, doctor ingeniero industrial especializado en seguridad vial de la Universidad de Zaragoza. Su investigación se ha centrado en 180 casos y en cada uno de ellos se han detectado graves errores técnicos, incluyendo el accidente en el que se vio envuelto José Ortega Cano, que se saldó con la muerte de Carlos Parra.
Según El Confidencial Digital, Alba ha presentado su investigación en varios congresos, como es el caso del Simposio de Reconstrucción de Accidentes de Tráfico, que se celebró el pasado año en Valencia. Tras aquella exposición, ha sufrido una dura ‘caza de brujas’ por parte de la Dirección General de Tráfico, que le ha exigido que se retracte en sus conclusiones. Asimismo, se ha visto amenazado por el general jefe de la Agrupación de Tráfico, Benito Salcedo, que tras una reunión, ha amenazado con llevarle ante los tribunales por la divulgación de su estudio. El ingeniero se ha visto obligado a pedir amparo a la Universidad de Zaragoza por haber sido censurado.
El caso Ortega Cano
La Universidad de Zaragoza, con Juan José Alba al frente, realizó su propia investigación de los hechos, poniendo de manifiesto numerosos errores de bulto en el informe del atestado de la Guardia Civil. Los mismos, curiosamente, minimizan el daño ocasionado por el Mercedes R320 CDI que conducía el ex torero al Seat Altea del fallecido. En primer lugar, por el código de impacto asignado a cada uno de los vehículos. En el caso del Mercedes, fue de 11FYEW4, siendo el último dígito erróneo: por la profundidad de los daños debiera haber sido de 5 y no de 4. Por su parte, el código asociado al Seat Altea de Carlos Parra fue de 11LYEW7, en el que el carácter L se refiere a la zona proyectada que cuenta con la deformación tras el impacto y especifica que fue el lateral, cuando en realidad fue el frontal, como ocurre en el caso de Mercedes, donde sí se puede ver la letra F.
Por tanto, en la evaluación de los daños, según el atestado realizado por la Guardia Civil, el coche del fallecido recibió menor impacto y que el daño se localizó en la parte central y anterior del lateral del vehículo, cuando en realidad fue con el frontal.
Además, en su estudio, Alba denuncia que en la simulación del accidente llevada a cabo por la Benemérita, los cálculos se realizaron con un vehículo diferente al que conducía el diestro: un Mercedes S420. El Clase S utilizado nada tiene que ver en estructura con el R320 CDI de Cano, ya que cuentan con dispares coeficientes de rigidez. Por ello, en su estudio Alba denuncia que las conclusiones del informe oficial no son precisas, mientras que la Guardia Civil considera que este hecho es irrelevante.
Los conductores, indefensos
En las conclusiones de su estudio, Juan José Alba pone de manifiesto la indefensión de los ciudadanos que han sufrido, o les ha afectado de alguna manera, un accidente de tráfico. Y es que, en los procesos judiciales, la razón siempre se le da a lo que sostiene la Guardia Civil, lo que significa que, si sus conclusiones son erróneas se están cometiendo graves injusticias. ‘En el ámbito jurídico’, explica Alba, ‘la falta de rigor tecnológico puede tener serias consecuencias humanas y económicas’.