¿Qué Renault Mégane te conviene? Te ayudamos

Poco tiene que ver el actual Mégane con aquel que en 1995 estrenó denominación en la familia Renault sustituyendo al R19. Apenas tienen en común el nombre y compartir algunas propuestas de carrocería; concretamente las versiones de cinco puertas, las de tres —de inspiración coupé— e incluso un cabrio, que en la actualidad es más polivalente que entonces gracias a su techo metálico retráctil. Sólo se podría llegar a echar en falta la variante Sedan, una versión poco popular en nuestros días cuyo lugar está ocupado en la actualidad por el Fluence.

Hoy es más sofisticado, refinado y su diseño resulta menos controvertido que el de la segunda generación, comercializada entre 2003 y 2008. Desde entonces, se han ido incorporando actualizaciones en cuanto a transmisiones —con la incorporación de la transmisión EDC de doble embrague— equipamiento y motores, cada vez más económicos. Los más novedosos siguen la corriente downsizing de sustituir cilindrada por turbocompresor en pos de conseguir anunciar consumos dignos de récord manteniendo una razonable capacidad dinámica. Se trata de los TCe de gasolina y el dCi 1.6 que ha reemplazado ventajosamente a algunas versiones de 2 litros y puede encontrarse en las cuatro carrocerías que componen la gama. Éstas  conforman un abanico muy amplio de precio siendo siempre la variante de cinco puertas la más económica. A partir de ahí, por unos 650 euros se tienen los coupé, más deportivos en su línea y planteamiento, los polivalentes familiares Sport Tourer, prácticamente 1.900 más caros que el cinco y la nota de sofisticación que representan los Cabriolet.

Vida interior

La variedad de carrocerías condiciona la habitabilidad del Mégane. En general, sin ser mala, tampoco se puede decir que sea brillante, con unas plazas delanteras que se mueven en las cifras que sus rivales de referencia y unas traseras en las que el espacio para las piernas llega a ser escaso detrás del conductor. Aventaja a la competencia, sin embargo, en cuanto a espacio de maletero, sobre todo el práctico cinco puertas, y el Sport Tourer que aprovecha sus 6 cm adicionales entre ejes para conseguir unas plazas traseras más amplias.  Mención aparte requiere el Coupé Cabriolet que a efectos prácticos podemos considerarlo un 2 2 o incluso un coche para una pareja si se intentase viajar con cierto equipaje.

La sensación de calidad interior va a depender en buena medida del acabado, aunque ya desde los básicos, en los que predominan los revestimientos rígidos, aparecen unos ajustes más que razonables, unos asientos generosos, de agradable firmeza y una disposición de la información lógica, con la instrumentación mixta y el velocímetro digital en el centro.

Versiones de equipamiento

Lo que nos vaya a dar el Mégane dependerá, lógicamente, de qué acabado comercial estemos hablando, con la salvedad de que no todos los motores van a estar disponibles en todas las denominaciones comerciales. Pero todos, desde el básico Autenthique hasta el refinado Privilege montan de serie algo más que lo necesario para cumplir tanto con la ley en materia de seguridad (ESP y ABS entre ellos) como para ofrecer una dotación razonable en cuanto a confort, con aire acondicionado, Bluetooth para teléfono móvil, toma USB en el equipo de audio y los cada día más en boga control de crucero y limitador de velocidad.

Lógicamente, los grados superiores añaden equipo, pero también aumentan las posibilidades de sumar elementos extra en paquetes preformados específicos para cada una. La posibilidad atañe Incluso los sofisticados Privilege, los únicos en que estarían disponibles los asientos de cuero, pueden mejorarse con los faros de xenón, o el equipo de audio premium Bose. Con todo, el más equilibrado nos parece el Dynamique, cuya dotación se podría completar con elemeentos como el navegador, el sistema de audio Bose, las lunas oscurecidas o el Pack GT Line (905 €)compuesto de chasis sport, asientos deportivos con tapicería mixta tela-curo, y llantas de 17".

Comportamiento y dinamismo

El camino que va de un sencillo utilitario hasta uno de los súper GTI más excitantes y efectivos de la actualidad es gigantesco; responde a exigencias tan variadas que poco tienen que ver en su comportamiento. Eso es precisamente lo que sucede en la gama Mégane, donde el sellado por Renault Sport es un ejemplo de eficacia sobre la pista, de velocidad, de manejo excepcional y precisión crítica tanto en frenos como ejes rodantes, se distancia de las versiones más terrenales. Estas se caracterizan por su discreción, por hacer casi todo bien sin llamar la atención y por un tacto general suave en el que pedales, volante o selector del cambio podrán ser accionados sin apenas esfuerzo.

Exceptuando la versión ultradeportiva, el planteamiento general es el de situar  confort y facilidad de conducción por encima de las sensaciones clásicas al volante. Es un coche agradable de conducir y progresivo a partes iguales en sus reacciones y que en esta generación ha mejorado uno de sus puntos débiles, aquella servodirección eléctrica con exceso de tendencia al re-centrado y, por tanto, no tan precisa como a la inmensa mayoría de los conductores les gustaría. El conjunto se completa con un equipo de frenos muy eficaz en sus distancias de parada al que sólo le podemos pedir un tacto un poco más firme, con un asistente de frenada menos participativo que nos hace tener la impresión de haber frenado siempre de más.

Motores

TCe es la denominación más novedosa en cuanto a los motores de Renault. Alude a la última generación propulsores sobrealimentados de gasolina (Turbo Compreseur Essence en francés) que progresivamente va desplazando a los atmosféricos por su ventaja de cara al consumo. Son motores con turbos de baja inercia, con un tirón poco acusado que sólo apreciamos si nos hemos descuidado y tenemos el motor girando muy bajo, capaces de reemplazar ventajosamente a los dos atmosféricos. De ellos, el más potente se ofrece exclusivamente con un cambio automático CVT, una opción menos rápida y placentera que el EDC de doble embrague.

Entre los Diesel, el dCi 1.6 ha eclipsado a dos propuestas tan excelentes como el económico 1.5 y el poderoso 2 litros, disponible en una única versión de 160 CV reservada a acabados deportivos. Lo ha conseguido porque no sólo presume de consumo —anuncia el mismo que el dCi de 90 CV— sino que consigue mover al Mégane con total solvencia y sin llegar a la respuesta en baja del 2 litros sí es más económico que aquel y tiene mejores bajos que el más pequeño.

Gasolina

Diesel

Nuestra elección

EN GASOLINA: Berlina Expression TCe 115: 19.500 euros

EN DIESEL: Tourer Dynamique Energy 1.5 dCi 110: 24.850 euros

Nuestra opinión