Pere Navarro vuelve a ocupar el cargo de director general de Tráfico seis años después. El barcelonés, de 66 años, fue el encargado de dirigir la DGT entre los años 2004 y 2012, coincidiendo con las dos legislaturas del PSOE y José Luis Rodríguez Zapatero. Durante esa etapa, Navarro logró llevar a cabo un trabajo de concienciación en seguridad vial y unos cambios que se vieron reflejados en una reducción de la mortalidad en nuestras carreteras del 58 por ciento.
En 2004, año en el que tomó el cargo, en España se registraba una cifra de fallecidos en carretera de 4.741; en febrero de 2012, cuando abandonó el barco de la DGT con el cambio de color político en el Gobierno, la cifra descendió hasta rondar los 2.000. En 2014, los registros llegaron a su mínimo con María Seguí, y en los tres últimos años la tendencia ha sido ascendente desde entonces. Una de las tareas de Pere Navarro será invertir esta última.
En el 2006, el equipo de Navarro introdujo el carné por puntos, logró crear una importante conciencia social sobre la seguridad vial y los accidentes, y llevó a cabo una férrea persecución de los excesos de velocidad, con una modificación del Código Penal que podía llevar a la cárcel a los conductores por determinados delitos. Tanto, que la DGT se ganó la etiqueta del “afán recaudatorio", algo que no se ha logrado quitar hasta ahora. En aquella etapa, también se creó la Comisión de Seguridad Vial en el Congreso de los Diputados.
Lo que el PSOE proponía en las pasadas elecciones generales
Con motivo del período político convulso que vivimos en España hace apenas dos años, en los que tuvimos dos elecciones generales en apenas medio año, conocimos las intenciones de los diferentes partidos políticos en materia de seguridad vial. Por aquél entonces, al PSOE, que logró volver al Gobierno al prosperar la moción de censura contra Mariano Rajoy y el PP, se le planteaban unas cuestiones fundamentales.
Los Socialistas no veían prioritario aumentar el límite de velocidad a 130 km/h, justificando el estado “tan viejo" de nuestro parque automovilístico y las carreteras “tan deficientes" en materia de conservación en España, que podían causar el efecto contrario. Tampoco el endurecimiento de las multas de tráfico, apostando por la “revisión de la tipología de sanciones".
Obviamente, visto lo anterior, en el PSOE sí veían prioritario el rejuvenecimiento del parque automovilístico, apostando por un plan de “sustitución de vehículos con motor de combustión por vehículos energéticos y sostenibles" y el diseño de una “estrategia integral de desarrollo del vehículo eléctrico, híbrido y de gas natural, y por la “inversión en mantenimiento" de las carreteras.
El partido socialista ponía hincapié en la “inversión eficaz" de nuestros viales, sobre todo en carreteras secundarias, y en la señalización, “obsoleta". “Dos de las actuaciones que vemos importantes en el PSOE es mejorar el Corredor del Mediterráneo y de la Cordillera Cantábrica", decía hace dos años Zaida Cantera, diputada por Madrid por el Grupo Socialista.
Lo que se dijo en el pacto PSOE-Ciudadanos
A comienzos del año 2016, antes de la repetición de las Elecciones Generales, PSOE y Ciudadanos llegaron a un acuerdo para formar Gobierno (que posteriormente sería rechazado por el Congreso). Pero ya en ese acuerdo, ambos partidos políticos conformaron una serie de medidas bajo el título “Acuerdo para un gobierno reformista y de progreso" en el que se hablaba del mundo del automóvil.
Entre aquellas medidas, destacaba la revisión de los impuestos especiales, de cara a convertirlos en tasas medioambientales. Por ejemplo, que el impuesto de matriculación se sustituyese por un impuesto a las emisiones de CO2 y de dióxido de nitrógeno, en línea con los países europeos más importantes. Actualmente, sólo se contempla la variable del CO2 en cuatro tramos.
Lo que pidió el PSOE durante el Gobierno de Mariano Rajoy
En la labor del Grupo Socialista como principal equipo en la oposición también tuvo presencia la seguridad vial y el sector del automóvil. Los socialistas venían quejándose en los últimos años por el aumento progresivo de los accidentes y los fallecidos en la carretera, después de ver visto reducidas dichas cifras durante los 8 años de gobierno socialista, así como la “desinversión en mantenimiento" y su “política equivocada a la hora de incentivar la renovación del parque móvil".
A través de la Comisión de Seguridad Vial y Movilidad, creada en la etapa de Pere Navarro, se logró en junio de 2017 incrementar las pruebas preventivas de detección de drogas, de cara a generalizarse tanto como las de alcoholemia. También presentaron proposiciones no de ley para luchar contra los talleres de reparación de vehículos ilegales, así como para mejorar la fiscalidad de la bicicleta (convencional y eléctrica), con la intención de que se incluyese en las ayudas del Plan MOVALT en el caso de las bicicletas eléctricas de pedaleo asistido mediante batería.
Los retos de Pere Navarro en su nueva etapa en la DGT
Analizando todo el panorama pasado a la segunda etapa de Pere Navarro al frente de la DGT, y teniendo en cuenta las modificaciones que planteó en 2011 con la modificación del Reglamento General de Circulación (y que nunca se llegaron a llevar a cabo), podemos perfilar unas líneas que podrían ser su base de actuación:
Volver a conseguir una tendencia descendente de accidentes y fallecidos en nuestra carretera, justo cuando se cumplen 12 años de la entrada en vigor del carné por puntos. Entre sus planes, estaría el de reforzar las sanciones a los comportamientos más peligrosos, focalizar la atención en las carreteras secundarias –donde se producen cerca del 80 por ciento de las víctimas mortales–, y controlar el uso del móvil o el GPS en el coche.
Volver a poner encima de la mesa la limitación a 90 km/ en las carreteras convencionales (principal foco de accidentes y mortalidad en la geografía española).
Bonificaciones a los buenos conductores.
Rejuvenecimiento del parque automovilístico, apostando por un plan de incentivos para la compra de coches nuevos, con mayor dotación para apostar por los vehículos ecológicos, como hizo el último Plan MOVALT.
Mejorar la seguridad vial de los más vulnerables, como los peatones, ciclistas y motoristas. En sus últimos años como patrono en la Fundación Pons, Pere Navarro trató de poner el foco en este apartado sobre los motoristas.
Presión sobre los conductores que sean cazados al volante de su coche bebidos o drogados.
Dar marcha atrás a la modificación del Código Penal de 2015 en el que las mayores imprudencias al volante pasaban a ser objeto de juicio civil, y no penal.