Hace algo más de dos meses empezamos ya a escuchar hablar del coronavirus… pero, claro, entonces como algo muy puntual y muy focalizado en una área geográfica, y además muy lejana. Y vienen ahora a mi cabeza recuerdos cuando AIWAYS me invitó el pasado 13 de enero como único medio español a viajar a Shanghai para probar su SUV eléctrico U5 entre el 10 y el 14 de febrero.
La ilusión de ese viaje duró poco más de una semana, porque el 21 de enero recibía este comunicado del organizador del evento: "El fundador de AIWAYS (Samuel Fu) me ha pedido que le transmita sus disculpas para posponer el día de prueba del U5. La razón es por el "coronavirus". Si bien la posibilidad de contraer el virus en este viaje es extremadamente baja, Fu no quiere ponerle en riesgo".
Anécdotas al margen, y ya visto el impacto sanitario primero y económico después en ese país asiático, todo ello extensible después al resto del planeta, nos hemos encontrado después no solo con la cancelación del Salón de Ginebra: en abril Beijing pospone y Nueva York anuncia que lo retrasa a agosto, mientras que de momento Detroit mantiene sus fechas en junio, en su primera edición fuera de la primera semana del año.
Ahora mismo, o próximamente, buena parte de las plantas chinas productoras de automóviles y de componentes estarán recomenzando su actividad con vistas a ir normalizándose, mientras la situación la vivimos ahora cerca del histerismo en nuestro continente: un alto directivo europeo de una marca me confesaba textualmente la pasada semana que “ahora mismo tenemos restricción de que en nuestras oficinas no pueden entrar gente que no sea de la compañía, ni siquiera agencias, partners… -.
Viendo las cifras de ventas en China del pasado mes de febrero con una caída del 78,4 por ciento -de vender 575.000 coches a no llegar a 125.000-, miro a nuestro mercado y pregunto a amigos del sector que a nivel europeo me dicen que están sobre todo mirando a Italia y su comportamiento -aunque me comentan que la lógica habla de que cuando se solucione el problema se deberían recuperar las ventas-.
Bajo un escalón, y ya aquí las cifras de ventas del mes no sufren excesivamente -hablo en los 10 primeros días- salvo en el canal de alquiladores que, lógicamente, prevé una campaña de Semana Santa malísima, y se va a limitar a comprometerse lo justo. Esto a nivel mercado, mientras que a nivel producción, de momento la noticia es que no hay problemas de suministros por parte de los proveedores. Bastante complicado se presuponía el año como para que encima llegue esto.
