Opinión: coche autónomo, ¿mundo feliz? Mi experiencia… y los nuevos actores

“Acelera y el coche hace todo": todavía están recogiendo los pedazos de un dummy que se cruzó en la pista. No es bueno querer correr antes de empezar a andar.

Juan Carlos Payo. Twitter: @autopista_es

Opinión: coche autónomo, ¿mundo feliz? Mi experiencia… y los nuevos actores
Opinión: coche autónomo, ¿mundo feliz? Mi experiencia… y los nuevos actores

Todavía recuerdo cuando, hace cinco años, en Tokio tuve oportunidad de experimentar por vez primera la conducción autónoma. Y salimos a carretera abierta y el sistema funcionaba –todavía no en ciudad, y en carretera bajo muchos condicionantes-. Luego en circuito cerrado me ofrecieron la oportunidad de probar un sistema de detección y esquiva automática de peatones. “Acelera hasta 60 km/h y después el coche hace todo”, me decía el ingeniero que me acompañaba.

Dicho y hecho. Apareció de repente un dummy y todavía están recogiendo los pedazos de la pista mientras todos los ingenieros se llevaban las manos a la cabeza. “¿Qué he hecho mal?”, preguntaba yo asustado. “Nada, no es tu culpa, algo ha fallado”, me respondía el sofocado ingeniero. Esto es un ejemplo del pasado, cuando estábamos en los albores de la conducción autónoma, pero no debemos olvidar que pese a lo avanzado seguimos estando muy al principio, y las cosas deben tener un proceso lógico y un tiempo de desarrollo máximo para garantizar éxitos y cero fallos, porque cada error se traduce en una fatalidad.Accidente coche autónomo

Siempre el automóvil ha sido ejemplar en materia de los desarrollos de la seguridad pero parece que ahora, con la aplicación de esta informática instantánea, con evoluciones y actualizaciones casi inmediatas, el automóvil se ha contagiado y entra en una espiral de violento desarrollo cara a ganar la batalla marketiniana del “yo fui el primero”. Y aquí tienen mucho que ver nuevos actores que vienen de campos donde la inmediatez es su bandera, donde no hay paciencia, donde ahora ya es tarde, donde la innovación de la que han presumido en otros campos tiene que ser adaptada e interiorizada éticamente camino del 0 errores.

Una de las conclusiones que se pudieron extraer del pasado CES de Las Vegas y que queda refrendado por los recientes sucesos en territorio norteamericano, donde un coche autónomo de la compañía Uber ha acabado con la vida de un ciclista, es que el coche completamente autónomo llegará pero no tan pronto como pensábamos. El principal problema es de costes, que lo harán inasumible para la inmensa mayoría, hasta que pase tiempo, mucho tiempo... Las tecnologías existen y se están afinando camino de la perfección obligatoriamente necesaria para su implementación –aunque algunos nuevos actores en esto de la movilidad avanzan en base al método de trabajo experimento/error con las consecuencias que todos sabemos-.

Las previsiones de cero errores en la conducción autónoma

Desde la Rand Corporation, que da formación a las fuerzas armadas estadounidenses, hablan de la necesidad de 14.000 millones de kilómetros de pruebas para buscar la excelencia de la conducción autónoma, mientras que una automovilística como Toyota, acostumbrada a lanzar sus innovaciones cuando la fiabilidad es total,  son menos optimistas y su Research Institute habla del “Trillon Mile Challenge” -1,609  trillones de kilómetros de pruebas para garantizar 0 errores-.

En estos momentos estamos en una fase experimental donde la mayoría de fabricantes automovilísticos trabajan en circuitos cerrados ganando conocimiento para identificar situaciones de riesgo y que el coche pueda tomar las decisiones correctas. Luego hay otras marcas más “intrépidas”, que se benefician de un entorno más marketiniano o permisivo legalmente donde el ser y el parecer conviven como si fuesen todo uno y donde se logran prebendas para desarrollar a pie de calle, con los consiguientes riesgos y daño final para el colectivo automovilístico cuando se producen situaciones como la vivida tras el accidente mortal provocado por un coche de Uber –la imagen de Volvo, que era el coche que montaba toda la tecnología autónoma de Uber, también se va a ver empañada en esa cruzada suya del 0 accidentes en 2020 gracias a las soluciones autónomas de conducción en un Volvo nuevo-.

Así serán los primeros coches autónomos

Hablamos con los expertos y nos vaticinan que los primeros coches autónomos los veremos en forma de robot-taxis para mercancías y después para personas, que serán los primeros vehículos capaces de moverse independientemente de un conductor. En el CES de Las Vegas se podía experimentar con un taxi autónomo eléctrico de Navya con capacidad para seis personas que solicitan el servicio vía teléfono y con una velocidad de crucero recomendable no superior a 60 km/h para 10 horas de autonomía. Este vehículo mapea su entorno con 10 unidades de lidar –sistema de detección y determinación de distancias por luz, por su acrónimo en inglés- al que suma seis cámaras y cuatro radares, además de dos unidades GPS para lograr una ubicación perfecta permanente junto a mapas digitales en hiperalta definición. Todo esto se traduce en un precio por unidad de unos ¡¡¡250.000 dólares!!!!

Pero además de la tecnología embarcada para ser autosuficiente autónomamente, es necesario un trabajo ingente en el apartado de inteligencia artificial capaz de adaptar y modificar modos de actuación en tiempo real sin necesidad de intervención humana. Las posibilidades de situaciones diferentes ante las que se puede encontrar un coche son casi infinitas y cada momento requiere una actuación diferente. Y esto es tiempo de desarrollo, más del que pensamos... Y luego tocará que evolucionen hasta la casi exactitud total las plataformas de cartografía y geolocalización para, además de posicionar el vehículo con un error de menos de un metro, ser capaces de suministrar y compartir en tiempo real datos tomados de sensores de vehículos informando del accionamiento de luces de emergencia, antinieblas, cámaras, ABS y ESP, estado del asfalto… para advertir al conjunto de conductores que se aproximan de situaciones de riesgo por accidentes, condiciones meteorológicas adversas.Coches autónomos en carretera

Cuando se trata de coches sin conductor, estamos hablando de datos y su importancia. Los sensores y las cámaras están constantemente mapeando el mundo en torno a un vehículo autónomo, por lo que estos vehículos necesitan un hardware poderoso para interpretar toda esta información y garantizar que el vehículo funcione como debería. Nvidia ha presentado recientemente Pegasus, la última versión de la plataforma Drive PX que es capaz de procesar más de 320.000 millones de operaciones por segundo, algo imprescindible para manejar toda la información que se genera y que después una inteligencia artificial tendrá que gobernar.

Creo que antes del coche autónomo y ese mundo feliz, debemos interiorizar que toca pasar por la fase del copiloto inteligente que nos vaya prestando auxilio y ayuda puntual para mejorar confort y seguridad. Esto ya está aquí, y lo puedes comprobar en tus coches de serie con controles de crucero adaptativo manteniendo distancia con vehículos que te preceden hasta llegar a frenar, clonación de movimientos del vehículo que nos precede en atascos sin necesidad de actuación del conductor, detección de obstáculos en carretera, frenada automática en intersecciones en caso de riesgo, sistemas de visión nocturna por infrarrojos, corrección de salida de carril. Y toda esta ciencia-ficción que ya existe y lo ha logrado la industria automovilística en los últimos años, no se puede echar por tierra por un incidente aislado generado por querer correr antes de aprender a andar