Noruega apoya a la Opep y sube el petróleo

La Opep tiene por fin buenas noticias. Después de bordear la catástrofe, ha logrado el apoyo de Noruega a su plan de recortes de producción. Esta noticia tuvo un efecto inmediato sobre los precios. El barril de Brent subió hasta los 20 dólares.

Noruega es el tercer productor del mundo. Junto con México y Rusia, el país nórdico es el único capaz de competir con los grandes productores alineados en el cártel petrolero.

Hace unos días, la

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Opep</font color="#0033CC"> acordó reducir su producción diaria para frenar el imparable descenso de los precios. Sin embargo, condicionó esta bajada a la actuación de los grandes extractores no alineados. Es decir, si México, Noruega y Rusia no cerraban sus grifos, la Opep, tampoco.

México sí dio su apoyo y prometió sacar del mercado 100.000 barriles diarios, pero Rusia lo negó, con lo que la organización se negó a recortar su producción. Esto produjo un estrepitoso derrumbe de las tarifas, con el barril a 16 dólares, su nivel más bajo en casi tres años.

Ahora, Noruega ha recapacitado y ha decidido apoyar a la Opep. Para ello, el Gobierno de Oslo ha decretado una reducción de su oferta de entre 100.000 y 200.000 barriles diarios. Sin embargo, ha condicionado esta decisión a los movimientos de Rusia y el cártel. La Opep está dispuesta a cerrar pozos, pero Rusia todavía se resiste.

Pese a estas condiciones, el mercado internacional ha entendido que los principales productores del mundo están ya de acuerdo en la necesidad de recortar la oferta de petróleo. Esta idea ha tenido un efecto fulminante en los corros de negocios. Ayer, con Nueva York cerrado por ser festivo en Estados Unidos, todo el peso del negocio se centró en Londres. Allí, el barril de crudo Brent, procedente del Mar del Norte y referencia para Europa, subió desde los 18,73 dólares hasta los 20,08 para cerrar finalmente a 19,90 dólares.

Desde la dirección de la Opep, su secretario general, Alí Rodríguez, se mostró satisfecho con el paso dado por Noruega. El venezolano aseguró que pronto habrá un pacto entre su organización y los principales productores no alineados, incluyendo a Rusia.

Según los observadores, el gigante euroasiático ha suavizado mucho su postura estos últimos días, con lo que parece más favorable a la reducción de sus extracciones.

Cambios en el equilibrio
Las dificultades de la Opep para lograr un consenso explican cómo está cambiando el equilibrio estratégico del mercado petrolífero.

Hasta ahora, la Opep decidía una rebaja en las extracciones y esa sola decisión ya servía para impulsar los precios al alza. Ahora, con productores independientes tan fuertes, si la Opep recorta por su cuenta, el mercado apenas sufre. La gran perjudicada entonces es la propia organización, pues sus clientes se van a los países que siguen vendiendo a precios bajos.

Esto es posible porque estados tradicionalmente de producción media se van convirtiendo en auténticos gigantes. Ahora, Rusia bombea siete millones de barriles al día, algo que sólo puede superar Arabia Saudí, el país del mundo que más crudo extrae.

Noruega es el tercero y otros, como Angola, Brasil o Kazajistán también producen grandes cantidades de "oro negro". Es decir, la Opep tiene cada vez más competidores y más duros. Por esta razón necesita consensos cada vez más amplios y difíciles de lograr.

Rusia tiene que vender para hacer frente a su deuda externa. Por eso ha aprovechado el momento: crudo barato que le arrebatan de las manos. Sin embargo, ha contribuido a provocar una fuerte caída de precios que, lógicamente, acaba por perjudicar a los países no alineados. Los miembros de la Opep se apoyan entre sí y, además, son los productores que obtienen su petróleo más barato, sobre todo Arabia Saudí. Es decir, pueden aguantar mejor una caída de precios. El resto de países tiene más problemas a la hora de resistir la depreciación, por eso, a la larga, tienen que avenirse a lo que dice la Opep.

Ahora, la pelota rueda por el tejado de Rusia. Estos días negocia con sus petroleras el modo en que gestiona la presión de la Opep y, probablemente, acabará cediendo.