Según ha reconocido el presidente de la compañía, Tetsuro Aikawa, Mitsubishi manipuló el proceso de prueba de consumo de combustible de sus ‘kei cars’ para reflejar una eficiencia superior a la real. La empresa ‘no había hecho los test de acuerdo con las exigencias de la ley’ afirmó Aikawa. ‘Pedimos disculpas a nuestros clientes y accionistas’, añadió, levantándose e inclinando la cabeza, gesto que emplean los japoneses tradicionalmente para disculparse.
Todos los modelos afectados son lo que se conoce como ‘kei cars’, unos pequeños coches específicos para el mercado japonés que tienen una cilindrada máxima de 666 centímetros cúbicos y están impulsados exclusivamente por gasolina.
De los 625.000 vehículos afectados, 157.000 eran unidades de los modelos eK Wagon y eK Space, que comercializa la propia Mitsubishi. Los restantes (468.000) fueron suministrados a Nissan desde junio de 2013, que los comercializó como Dazy y Dazy Roox. Respecto a estos últimos, a pesar de venderse bajo la marca Nissan, la responsabilidad de certificar sus consumos y emisiones es del suministrador, es decir, de Mistubishi Motor Company.
Mitsubishi ha anunciado que ya ha paralizado la fabricación y venta de los modelos afectados por este escándalo, y ha hablado de una posible compensación más adelante. También han explicado que la compañía se ha puesto en contacto con el Ministerio de Territorio, Infraestructura y Transporte de Japón para comunicarle que ha detectado ‘operaciones ilegales’ que se estaban llevando a cabo en las mediciones del consumo de algunos de sus vehículos.
‘También hemos encontrado que se estaba adoptando un método de pruebas diferente al definido por la legislación nacional’, añadieron fuentes de la compañía, que se disculparon ‘profundamente’ con clientes y accionistas. Mitsubishi ha anunciado también que habrá una ronda de consultas en sus mercados fuera de Japón en relación con sus vehículos.
Concretamente, la manipulación se llevó a cabo mediante la modificación de la presión del aire de los neumáticos, con una repercusión sobre los consumos de combustible oficiales.
Mitsubishi ha informado también que se ha creado un comité especial para el estudio de la situación, formado exclusivamente por expertos ajenos a la compañía que trabajarán con independencia y publicarán un informe al respecto.
El engaño salió a la luz después de que Nissan detectara una ‘discrepancia’ en el consumo de combustible de los vehículos que le suministraba Mitsubishi, lo que llevó a la firma a iniciar un proceso interno de evaluación, en el cual descubrió que se estaban utilizando ‘valores ventajosos de resistencia’ que contribuían a la obtención de consumos más bajos.
En España no hay vehículos afectados
La distribuidora de Mitsubishi Motors en España ha asegurado que ninguno de los modelos que se comercializan en nuestro país está afectado por las alteraciones de los consumos reales. Esta manipulación, según la distribuidora, está restringida exclusivamente a los ‘kei cars’, que no se comercializan en ningún país de la Unión Europea.
‘Los seis modelos de Mitsubishi Motors comercializados en España cumplen con la homologación europea en vigor, por lo tanto el problema no afecta al mercado español y europeo’, han añadido.
Caída de la cotización en bolsa
Tras hacerse público el escándalo, las acciones de Mitsubishi empezaron a caer en picado, hasta cerrar su cotización con un precio de 733 yenes (5,9 euros) por título, lo que se traduce en un desplome del 15 por ciento con respecto al cierre de la jornada anterior.
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