MG ZS

El reverso deportivo del Rover 45, el MG ZS, recibe, al mismo tiempo que la berlina británica, un restyling para actualizar su imagen y hacerlo más atractivo al público. El objetivo, ratificado por la marca, es lograr vender algo más este modelo, que dentro de la gama MG es el que menos matriculaciones obtiene.

MG ZS
MG ZS

Hace un par de años, MG Rover decidió realizar unas variantes deportivas específicas partiendo de su gama Rover. Así, surgieron el ZR, el ZT y el ZS, versiones “racing" de 25, 75 y 45, respectivamente. Éste último acaba de recibir una necesaria renovación, al igual que su hermano, el 45, que se centra, sobre todo, en aspectos estéticos del interior y del exterior y en mejoras del equipamiento. Los cambios en el diseño en la carrocería han intentado acabar con ese toque “macarra" que acompañaba a la berlina deportiva de MG. Se abandona la parrilla metálica, tipo nido de abeja, que contemplábamos en su antecesor al igual que el sobredimensionado (y muy “tuning") alerón trasero. En esta nueva generación se ha optado por un paragolpes con un estilo más moderno en el que el logo de la marca está incrustado en la parrilla, y no por encima como antes. Atrás, se sutituye el citado alerón por un spoiler más refinado y que, según la marca, favorece la aerodinámica del conjunto. Pero estas no son las únicas modificaciones en su apariencia. Como el Rover 45, estrena faros de doble lente con una iluminación mejorada y en la parte posterior se produce una recolocación de elementos: el logo tiene mayor presencia en el maletero y la matrícula queda insertada en el paragolpes, desplazándose del portón del maletero. Además, los adquirientes de la versión más potente de la gama, el ZS 180 (equipado con un motor V6 de 2.5 litros y con 177 CV), contarán de serie con un kit de carrocería específico, que incluye llantas de aleación de 17 pulgadas (en el resto de la gama son de 16 pulgadas), entradas de aire en las defensas laterales, faldones laterales y faldillas anti barro en los arcos de rueda. Para el resto de motorizaciones se trata de una opción. En el interior se adoptan nuevos materiales y la imagen del salpicadero y los mandos cambia a mejor. Se adoptan unas toberas para el aire de forma circular y en cromo y se estrena una nueva consola central de apariencia más moderna. De todas maneras, creo que el habitáculo necesita una renovación más profunda, encaminada a que el conductor se sienta más a gusto en él. Es cierto que los asientos recogen muy bien el cuerpo, gracias en gran parte a las alas de las butacas; sin embargo, la postura de conducción no es la mejor, pues el volante queda algo bajo respecto al asiento, que no puede desplazarse demasiado en vertical. Eso, a pesar de que los ingenieros de la marca han recolocado el pedal del embrague para mejorar la ergonomía. En la breve toma de contacto con la gama, he conducido el ZS 120, denominación que esconde el modelo que equipa el 1.8 de 117 CV. Este me ha dejado una impresión satisfactoria porque, a pesar de la veteranía del propulsor, responde bien, sobre todo en la zona alta del cuentarrevoluciones. A pesar de ser algo rumoroso cuando superamos las 5.000 rpm, no consume demasiado (7,3 litros a los 100 km en el ciclo combinado, según las cifras oficiales de la marca) y, debido a los desarrollos ajustados (aunque no en exceso), podemos obtener bastantes satisfacciones al volante. En cuanto a su comportamiento dinámico, las suspensiones, más firmes que las del Rover 45, otorgan mayor sensación de control en curvas cerradas y de radio grande. Como buen tracción delantera, subvira al límite, algo que el ZS va anunciando con progresividad, para evitar sobresaltos. La renovación del aspecto de la gama ha servido también a los responsables de MG para realizar mejoras en el equipamiento. Así, de serie se incorpora climatizador, radio con reproductor de CDs, ABS con distribución electrónica de la fuerza de frenado EBD y diversos automatismos de cierre de las puertas Las motorizaciones de la gama no cambian. Se mantienen el citado 1.8 de 117 en versión manual y automática), el 2.5 V6 de 177 y el que está llamado a ser el más vendido de la gama, el Diesel 2.0 de 113 CV. Los precios suben del orden de 1.000 euros en las variantes menos potentes (1.8 y 2.0D), algo que es achacable a las mejoras del equipamiento, mientras que el ZS 180 sólo se encarece en 258 euros. Con ello, el MG ZS 120 se queda en 17.699 euros, el ZS TD en 19.776 y el ZS 180 en 23.478 euros. Hace un par de años, MG Rover decidió realizar unas variantes deportivas específicas partiendo de su gama Rover. Así, surgieron el ZR, el ZT y el ZS, versiones “racing" de 25, 75 y 45, respectivamente. Éste último acaba de recibir una necesaria renovación, al igual que su hermano, el 45, que se centra, sobre todo, en aspectos estéticos del interior y del exterior y en mejoras del equipamiento. Los cambios en el diseño en la carrocería han intentado acabar con ese toque “macarra" que acompañaba a la berlina deportiva de MG. Se abandona la parrilla metálica, tipo nido de abeja, que contemplábamos en su antecesor al igual que el sobredimensionado (y muy “tuning") alerón trasero. En esta nueva generación se ha optado por un paragolpes con un estilo más moderno en el que el logo de la marca está incrustado en la parrilla, y no por encima como antes. Atrás, se sutituye el citado alerón por un spoiler más refinado y que, según la marca, favorece la aerodinámica del conjunto. Pero estas no son las únicas modificaciones en su apariencia. Como el Rover 45, estrena faros de doble lente con una iluminación mejorada y en la parte posterior se produce una recolocación de elementos: el logo tiene mayor presencia en el maletero y la matrícula queda insertada en el paragolpes, desplazándose del portón del maletero. Además, los adquirientes de la versión más potente de la gama, el ZS 180 (equipado con un motor V6 de 2.5 litros y con 177 CV), contarán de serie con un kit de carrocería específico, que incluye llantas de aleación de 17 pulgadas (en el resto de la gama son de 16 pulgadas), entradas de aire en las defensas laterales, faldones laterales y faldillas anti barro en los arcos de rueda. Para el resto de motorizaciones se trata de una opción. En el interior se adoptan nuevos materiales y la imagen del salpicadero y los mandos cambia a mejor. Se adoptan unas toberas para el aire de forma circular y en cromo y se estrena una nueva consola central de apariencia más moderna. De todas maneras, creo que el habitáculo necesita una renovación más profunda, encaminada a que el conductor se sienta más a gusto en él. Es cierto que los asientos recogen muy bien el cuerpo, gracias en gran parte a las alas de las butacas; sin embargo, la postura de conducción no es la mejor, pues el volante queda algo bajo respecto al asiento, que no puede desplazarse demasiado en vertical. Eso, a pesar de que los ingenieros de la marca han recolocado el pedal del embrague para mejorar la ergonomía. En la breve toma de contacto con la gama, he conducido el ZS 120, denominación que esconde el modelo que equipa el 1.8 de 117 CV. Este me ha dejado una impresión satisfactoria porque, a pesar de la veteranía del propulsor, responde bien, sobre todo en la zona alta del cuentarrevoluciones. A pesar de ser algo rumoroso cuando superamos las 5.000 rpm, no consume demasiado (7,3 litros a los 100 km en el ciclo combinado, según las cifras oficiales de la marca) y, debido a los desarrollos ajustados (aunque no en exceso), podemos obtener bastantes satisfacciones al volante. En cuanto a su comportamiento dinámico, las suspensiones, más firmes que las del Rover 45, otorgan mayor sensación de control en curvas cerradas y de radio grande. Como buen tracción delantera, subvira al límite, algo que el ZS va anunciando con progresividad, para evitar sobresaltos. La renovación del aspecto de la gama ha servido también a los responsables de MG para realizar mejoras en el equipamiento. Así, de serie se incorpora climatizador, radio con reproductor de CDs, ABS con distribución electrónica de la fuerza de frenado EBD y diversos automatismos de cierre de las puertas Las motorizaciones de la gama no cambian. Se mantienen el citado 1.8 de 117 en versión manual y automática), el 2.5 V6 de 177 y el que está llamado a ser el más vendido de la gama, el Diesel 2.0 de 113 CV. Los precios suben del orden de 1.000 euros en las variantes menos potentes (1.8 y 2.0D), algo que es achacable a las mejoras del equipamiento, mientras que el ZS 180 sólo se encarece en 258 euros. Con ello, el MG ZS 120 se queda en 17.699 euros, el ZS TD en 19.776 y el ZS 180 en 23.478 euros. Hace un par de años, MG Rover decidió realizar unas variantes deportivas específicas partiendo de su gama Rover. Así, surgieron el ZR, el ZT y el ZS, versiones “racing" de 25, 75 y 45, respectivamente. Éste último acaba de recibir una necesaria renovación, al igual que su hermano, el 45, que se centra, sobre todo, en aspectos estéticos del interior y del exterior y en mejoras del equipamiento. Los cambios en el diseño en la carrocería han intentado acabar con ese toque “macarra" que acompañaba a la berlina deportiva de MG. Se abandona la parrilla metálica, tipo nido de abeja, que contemplábamos en su antecesor al igual que el sobredimensionado (y muy “tuning") alerón trasero. En esta nueva generación se ha optado por un paragolpes con un estilo más moderno en el que el logo de la marca está incrustado en la parrilla, y no por encima como antes. Atrás, se sutituye el citado alerón por un spoiler más refinado y que, según la marca, favorece la aerodinámica del conjunto. Pero estas no son las únicas modificaciones en su apariencia. Como el Rover 45, estrena faros de doble lente con una iluminación mejorada y en la parte posterior se produce una recolocación de elementos: el logo tiene mayor presencia en el maletero y la matrícula queda insertada en el paragolpes, desplazándose del portón del maletero. Además, los adquirientes de la versión más potente de la gama, el ZS 180 (equipado con un motor V6 de 2.5 litros y con 177 CV), contarán de serie con un kit de carrocería específico, que incluye llantas de aleación de 17 pulgadas (en el resto de la gama son de 16 pulgadas), entradas de aire en las defensas laterales, faldones laterales y faldillas anti barro en los arcos de rueda. Para el resto de motorizaciones se trata de una opción. En el interior se adoptan nuevos materiales y la imagen del salpicadero y los mandos cambia a mejor. Se adoptan unas toberas para el aire de forma circular y en cromo y se estrena una nueva consola central de apariencia más moderna. De todas maneras, creo que el habitáculo necesita una renovación más profunda, encaminada a que el conductor se sienta más a gusto en él. Es cierto que los asientos recogen muy bien el cuerpo, gracias en gran parte a las alas de las butacas; sin embargo, la postura de conducción no es la mejor, pues el volante queda algo bajo respecto al asiento, que no puede desplazarse demasiado en vertical. Eso, a pesar de que los ingenieros de la marca han recolocado el pedal del embrague para mejorar la ergonomía. En la breve toma de contacto con la gama, he conducido el ZS 120, denominación que esconde el modelo que equipa el 1.8 de 117 CV. Este me ha dejado una impresión satisfactoria porque, a pesar de la veteranía del propulsor, responde bien, sobre todo en la zona alta del cuentarrevoluciones. A pesar de ser algo rumoroso cuando superamos las 5.000 rpm, no consume demasiado (7,3 litros a los 100 km en el ciclo combinado, según las cifras oficiales de la marca) y, debido a los desarrollos ajustados (aunque no en exceso), podemos obtener bastantes satisfacciones al volante. En cuanto a su comportamiento dinámico, las suspensiones, más firmes que las del Rover 45, otorgan mayor sensación de control en curvas cerradas y de radio grande. Como buen tracción delantera, subvira al límite, algo que el ZS va anunciando con progresividad, para evitar sobresaltos. La renovación del aspecto de la gama ha servido también a los responsables de MG para realizar mejoras en el equipamiento. Así, de serie se incorpora climatizador, radio con reproductor de CDs, ABS con distribución electrónica de la fuerza de frenado EBD y diversos automatismos de cierre de las puertas Las motorizaciones de la gama no cambian. Se mantienen el citado 1.8 de 117 en versión manual y automática), el 2.5 V6 de 177 y el que está llamado a ser el más vendido de la gama, el Diesel 2.0 de 113 CV. Los precios suben del orden de 1.000 euros en las variantes menos potentes (1.8 y 2.0D), algo que es achacable a las mejoras del equipamiento, mientras que el ZS 180 sólo se encarece en 258 euros. Con ello, el MG ZS 120 se queda en 17.699 euros, el ZS TD en 19.776 y el ZS 180 en 23.478 euros.