El portavoz del Gobierno Vasco, Josu Jon Imaz, ha reconocido que hay una posibilidad “real" de que Mercedes traslade parte de la producción de su nueva furgoneta Vito, que se realiza en la factoría de Vitoria, a Alemania.
Imaz ha recibido una carta del presidente ejecutivo de la división de furgonetas de la marca germana, Rolf Bartke, en la que le transmite su malestar por la situación creada con las huelgas que se están llevando a cabo en la planta alavesa. La producción se ha paralizado durante cuatro días, debido a la falta de acuerdo en la negociación del convenio colectivo de la empresa.
En opinión de Mercedes, los paros están poniendo en peligro el arranque de la fase de comercialización de la Vito (previsto para septiembre) y del monovolumen Viano. La fábrica de Vitoria se libró de la aplicación de un expediente de regulación de empleo en abril, debido a la normalización de los pedidos europeos y al comienzo de la producción –en mayo- del nuevo vehículo industrial. El conflicto laboral ha ocasionado un importante perjuicio económico y un “grave daño a la imagen" de la marca germana, según afirma Bartke. El presidente de la división de furgonetas de Mercedes anuncia en su carta que ha dado órdenes para estudiar el traslado de una parte de la manufactura de Vitoria a la fábrica de Ludwigsfelde, en Alemania, donde serían ensambladas las unidades que tengan como destino el mercado germano. Éstas representan nada menos que el 50 por ciento de la actividad en la factoría alavesa. Este movimiento también afectaría a la planta que el constructor germano posee en Barcelona, dedicado a producir en exclusiva piezas para los Vito y Viano.Aún está reciente el desplazamiento del 10 por ciento de la manufactura del Seat Ibiza en Martorell (Cataluña) a Bratislava. Para evitar una situación semejante, Imaz ha apelado a la responsabilidad de las partes implicadas en la negociación del convenio colectivo, con el fin de que no permitan que “un proyecto estratégico corra riesgos". Asimismo, el portavoz del Gobierno Vasco ha recordado que la planta de Vitoria tuvo que competir con Polonia para hacerse con la producción de los nuevos modelos y ha incidido en la necesidad de resolver el conflicto, pues la fábrica española “va a tener que luchar en un futuro por otras inversiones".Fuentes de la dirección de la factoría alavesa han confirmado que la empresa considera que la actitud del comité está “poniendo en peligro" la manufactura de las 5.000 furgonetas necesarias para atender los primeros pedidos, que se realizarán cuando comience su comercialización en Alemania, Bélgica, Francia y Austria, en septiembre. Asimismo, señalaron que, de momento, los contactos con los sindicatos han sido infructuosos.Las negociaciones sobre el nuevo convenio colectivo se iniciaron hace tres meses. La dirección de la planta ofrece un incremento salarial del IPC más 0,5 puntos durante los tres años de duración del nuevo acuerdo, con cláusulas de revisión a partir del mes en el que el IPC real supere al previsto. También se reducirá la jornada en ocho horas en 2004 y 2005, pero los representantes de los trabajadores creen que es insuficiente: los sindicatos quieren evitar que la empresa emplee un nuevo sistema de producción, basado en dos turnos de nueve horas, que los dirigentes de la compañía y el Gobierno Vasco firmaron en 1999. Gracias a este acuerdo, la factoría de Vitoria fue capaz de captar la inversión necesaria (650 millones de euros) para producir los nuevos Vito y Viano. El 5 por ciento de esta cifra fue subvencionado por la administración vasca, un hecho, según recuerda Bartke en su carta, decisivo para adjudicar la manufactura de los modelos a la planta alavesa.Los nuevos turnos se aplicarían a medida que se incrementase el ritmo de producción. Este sistema fue compensado con una paga extra y un día libre tras la octava jornada de turno. Sin embargo, este procedimiento no ha podido ser puesto en marcha, pues los sindicatos se oponen; su pretensión es eliminar la novena hora.
José Antonio Moreno (UGT), presidente del comité de empresa de Mercedes-Vitoria, ha acogido con respeto el anuncio de la multinacional, aunque también ha añadido que “se está montando un jaleo desproporcionado para ser el cuarto día de movilizaciones". Al parecer, la mayor parte de la plantilla ha secundado los paros y la producción está “prácticamente paralizada". Desde que comenzaron las huelgas, Mercedes ha dejado de fabricar 3.000 vehículos. Cada día de interrupción de la actividad, la industria vasca se resigna a no ingresar un millón de euros.
Según Moreno, aún no se sabe si habrá más movilizaciones en la factoría alavesa. Los sindicatos no han reanudado las negociaciones con la dirección de la fábrica, aunque los representantes de los trabajadores se reunirán hoy para “reflexionar" sobre las amenazas de Mercedes, que fueron conocidas el viernes. Al parecer, la planta de Vitoria envió un comunicado a los operarios en el que señalaba que la realización de más huelgas supondría el no cumplimiento de la estrategia de introducción de los vehículos adjudicados a la factoría y, por lo tanto, “el tener que replantear los volúmenes y el empleo de forma inmediata". El Gobierno Vasco se encuentra preocupado por la posición de la fábrica, ya que Mercedes puede no contentarse con un tirón de orejas a la planta alavesa. El Departamento vasco de Empleo ya ha mantenido contactos para tratar de acercar las posturas de la dirección y los sindicatos.