No todo el mundo puede decir al cumplir 40 años que está tan joven como siempre. El Mercedes Clase G es uno de esos coches que cuatro décadas después de su lanzamiento se mantiene fiel a su estilo: todoterreno extremo de gran agilidad en la carretera. Desde luego, los alemanes no se equivocaban cuando apostaron hace más de 40 años por este modelo icónico.
Ahora se cumplen 40 años desde su lanzamiento pero su gestación comenzó unos años antes y tiene su origen más primigenio en el acuerdo sellado entre Daimler-Benz AG y Austria Steyr-Saimler-Puch AG en el verano de 1969. Ambos fabricantes decidieron que unirían fuerzas para el lanzamiento de nuevos modelos todoterrenos ligeros, ya que entonces contaban en sus casas con los exitosos Mercedes-Benz Unimog y los Puch Haflinger y Puch Pinzgauer.
Apenas dos años después el acuerdo llegó a buen término, pasando a la acción en 1971 cuando se plantearon el lanzamiento de un todoterreno que acabaría siendo todo un icono del fuera pista. En otoño de 1972 los máximos dirigentes sellaron finalmente las negociaciones y apenas dos años después (1974) una unidad de pruebas ya rodaba para afinar al máximo las capacidades del nuevo lanzamiento.
La premisa estaba clara: conseguir un vehículo con la suficiente altura y ángulos de ataque y salida como para ofrecer las mejores capacidades en el campo, al tiempo que mantenía un buen comportamiento dentro de la carretera. Su atemporal estética de formas lisas y ángulos rectos se creó en el seno de Mercedes-Benz, encargados de la imagen exterior del vehículo.
Unos años más tarde, en 1979, el exitoso modelo era presentado y puesto en el mercado, siendo construido en la fábrica que la firma tiene en Graz, Austria, y que no ha dejado de ensamblar el Mercedes Clase G en sus 40 años de historia. De allí han salido todos sus modelos, incluidos los lanzados tras la profunda revisión que vivió el modelo en 2018.
En estos 40 años de historia, el Mercedes Clase G ha incluido siempre tracción total con un diferencial bloqueable entre ejes al cien por cien de serie y desde 1985 diferenciales en los ejes delantero y trasero que, hasta entonces, había que elegir como opción. Además, el diseño de su chasis ha variado poco, con sus ejes rígidos con amortiguadores de muelles, que aportan un punto de versatilidad y robustez fuera de la carretera pero que no comprometen su comportamiento en el asfalto.
Además, durante su lanzamiento los clientes podían pedir dos acabados con dos batallas de vía distintos, de 2.400 y 2.850 milímetros, además de distintos tipos de carrocería entre los que se encontraba** un descapotable, un Station Wagon cerrado y un furgón panelado con los laterales cerrados**.