Concentrados ante la plaza de toros de Pamplona, los trabajadores de la fábrica de Landaben celebraron una manifestación que iba encabezada por los miembros del comité de empresa, en el que hay representantes de los sindicatos UGT, CC.OO, LAB, CBT y CC. Los manifestantes portaban una gran pancarta en la que se podía leer el lema “Garantía de futuro", una frase que resume el sentir del colectivo de trabajadores, preocupado por la estabilidad de la planta a largo plazo.
En estos momentos, los representantes de la plantilla luchan para que Volkswagen reemprenda con ellos la negociación de un nuevo convenio colectivo. Hasta ahora, no se ha llegado más que a pequeños acuerdos parciales que no desbloquean el conflicto, puesto que Volkswagen no quiere garantizar la carga de trabajo de Landaben para los próximos años.
Es más, lejos de asegurar ese futuro, la empresa ha llevado a cabo reducciones del volumen de trabajo y ha subcontratado a firmas externas tareas que, habitualmente, debería hacer la plantilla.
El comité de empresa subraya que su reivindicación busca una garantía de futuro, junto a unas condiciones de vida y trabajo dignas. También explican que no quieren que el eje de la política de Volkswagen sea cerrar el máximo de días sus instalaciones navarras, haciendo recaer sobre el personal todo el coste, reduciendo sus salarios en proporción a los días que la empresa cierra y obligando a la apertura de expedientes de regulación en las compañías proveedoras.Denuncian también que, en las últimas semanas, la dirección “ha pretendido desarrollar tareas que corresponden a nuestra plantilla, realizando horas extras, introduciendo en nuestra planta empresas del exterior, e, incluso, contratando nuevos trabajadores, mientras se reducen las producciones y nuestra jornada laboral, con la repercusión laboral que esto conlleva". Esta actitud de la compañía, según los trabajadores, ha llevado a que “las relaciones se enturbien todavía más".Afortunadamente, la situación se ha tranquilizado un poco después de alcanzar un acuerdo con los responsables de la fábrica para reducir la producción diaria de coches de 1.235 a 1.212 unidades. Esto ha permitido recolocar a 60 empleados en los talleres que atienden a un pedido especial de componentes que ha llegado desde Sudáfrica.
En la manifestación del viernes en Pamplona tomaron parte trabajadores de otros centros de Volkswagen y también de otras empresas del grupo, como la de Seat en Barcelona.