La crisis del sector golpea con fuerza a muchas de las fábricas de automóviles afincadas en nuestro país y, como consecuencia, muchos de los proveedores de estas plantas están recortando gastos para evitar consecuencias peores.
La previsión de los responsables de la industria auxiliar en España ha conseguido que el año pasado su sector facturase un 2,32 por ciento más que en 2000.
Los datos, no tan buenos como en ejercicios precedentes, se basan en la constante inversión que estos empresarios han realizado para diversificar sus producciones y modernizar sus procesos productivos.
Gracias a esta buena situación tecnológica y competitiva, en 2001, la industria auxiliar facturó 24.311 millones de euros (cuatro billones de pesetas), un 2,32 por ciento más que en 2000. Aunque se trata de una cifra baja, si se compara con los porcentajes de la década de los '90, en la que los incrementos eran de dos dígitos, el sector no pierde de vista que los fabricantes de coches, su cliente por antonomasia, están pasando por un bache del que, con mucha seguridad, saldrán a mediados de este año.
Según la asociación de estos industriales, Sernauto, el año se ha salvado realizando recortes en las inversiones, lo que podría significar que, para años venideros, España se enfrente en inferioridad de condiciones a países con economías emergentes, que vienen pisando fuerte. Los bajos costes laborales de Europa del Este y la mejor situación geográfica de éstos con respecto a los grandes fabricantes europeos podrían significar un incremento de la competencia para la industria auxiliar española.
Sin embargo, el director general de Sernauto, Antonio Jiménez Saceda, está convencido de que países como la República Checa o Polonia podrían hacer peligrar a fábricas de productos poco tecnológicos, como sistemas de cableado, pero no tiene nada que hacer ante empresas dedicadas a productos más sofisticados tecnológicamente.
De todas formas y a pesar de los recortes en los costes, en 2001, las inversiones del sector alcanzaron el 7 por ciento del total de la facturación.
En cuanto a cómo se presenta este 2002, las previsiones no son brillantes, aunque se espera mantener, como mínimo, el nivel de facturación de 2001.