La Guardia Civil ha confirmado que ha detenido a 40 personas (ocho de ellas en Francia) en una operación que ha contado con cuatro fases. Tal y como recoge Europa Press de una nota publicada por el Instituto Armado, la banda habría conseguido beneficios de hasta 4,5 millones de euros con la venta de vehículos robados.
Los detenidos tenían muy estudiados sus métodos (hasta tres para hacerse con los automóviles) y siempre actuaban contra vehículos de un gran valor en zonas residenciales o empresariales de Madrid o en detrimento de empresas de coches de alquiler de empresas situadas en la Costa del Sol, especialmente cerca de Málaga. Incluso, llegaban a instalar una baliza GPS en el interior para volver a robar el coche si era recuperado por la Guardia Civil.
Entre los métodos elegidos, una opción era utilizar una falsa grúa de asistencia en carretera con la que simulaban una avería del coche cuando, lo cierto, es que lo estaban robando. Una vez en su posesión, guardaban el coche en una finca privada de Torrejón de Velasco (Madrid), donde falsificaban y modificaban todos sus elementos identificativos y marcas de seguridad.
Robos por 10 euros
En las otras dos opciones para hacerse con el vehículo, la falsificación de documentos era un pilar fundamental. Como decíamos, una de sus víctimas preferidas eran las empresas de alquiler de vehículos de la Costa del Sol. Allí se hacían con un vehículo y lo llevaban hasta un país extranjero para dejarlo parado durante un tiempo prudencial.
Mientras tanto, robaban documentación del mismo modelo de coche y conseguían matricularlos fuera de nuestras fronteras. Una vez hecho el trámite, a través de una gestoría online de Málaga cambiaban la titularidad del vehículo por los 10 euros que cuesta el informe. Así, cambiada la matrícula y el número de bastidor, existían dos coches circulando con una sola documentación, lo que provocaba que, además, las multas y las infracciones de tráfico se repercutieran sobre otros conductores que no tenían nada que ver con los actos delictivos.
Otra opción era el método de la ITV. En este caso se utilizaba documentación de vehículos alemanes o suecos para adjudicarla a vehículos robados en España. Así, acudían a una estación y, una vez, superado el trámite con un informe favorable, ya podían registrarlos administrativamente en nuestro país.
Incluso, para facilitar su venta, los coches eran expuestos en concesionarios españoles, más allá de los habituales cauces de compraventa online de vehículos. En todos los casos tenían un precio ligeramente inferior al de mercado para asegurar una transacción rápida.