El Proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado para 2019, presentado el pasado viernes por el Consejo de Ministros y trasladado ayer mismo al Congreso de los Diputados, esconde un nuevo aumento de la tributación al Diesel que amenaza con castigar el bolsillo de muchos conductores. Con el fin de equiparar su precio al de la gasolina, la llamada nueva “fiscalidad verde" pretende en realidad suprimir la bonificación al Diesel que ha habido hasta ahora, lo que redundará obviamente en un aumento de su precio por litro… siempre y cuando el Gobierno consiga su aprobación final.
Ayer mismo te explicábamos en un completo artículo todas las dudas respecto a este llamado “Impuesto al Diesel", con preguntas y respuestas que puedes leer aquí. Sin embargo, hasta ahora te contábamos el anuncio del Gobierno sin ahondar en si realmente la subida propuesta para el Diesel se ajusta o no a la realidad explicada por la propia ministra de Hacienda, María Jesús Montero. Y hoy hemos querido profundizar para conocer, exactamente, si el Gobierno dice la verdad sobre la repercusión que tendrá en realidad sobre los conductores… o “ha barrido" para casa con sus cálculos para no crear más alarma social.
Así que toca echar cuentas, y son realmente sencillas. Antes, eso sí, es importante conocer qué ha prometido exactamente el Gobierno de Pedro Sánchez. Según aseguró en rueda de prensa tras el Consejo de Ministros la propia ministra de Hacienda, María Jesús Montero, la supresión a la bonificación del Diesel “costará unos 3 euros mensuales, y unos 36 euros al año, para el consumidor medio que realice 15.000 kilómetros al año". ¿Es verdad? ¿Cómo lo han calculado? ¿Con consumos reales, con coches medios o pequeños?
Cálculos con los coches más vendidos
Para salir de dudas, acudimos al mercado. Y nos detenemos en los tres segmentos con más ventas en España: utilitarios, compactos y SUV. Como la nueva norma WLTP ha provocado una modificación en casi todas las gamas, y una evolución en muchos motores Diesel, no disponemos de datos de pruebas reales de todos los coches. Pero sí de la mayoría: así que tomamos un Seat Ibiza, el utilitario más vendido; el Ford Focus, un nuevo compacto y uno de los tradicionales superventas de la categoría; y el Peugeot 3008, el segundo SUV más vendido tras el Nissan Qashqai. ¿Una buena muestra de coches medios de la calle, verdad?
Con Seat Ibiza y Ford Focus, es muy fácil: los dos nos han gastado prácticamente lo mismo. Atendiendo así a los consumos reales de nuestro Centro Técnico, siempre superiores a los homologados sobre un 15 por ciento, el nuevo Seat Ibiza 1.6 TDI de 115 CV gasta 5,07 l/100 km, mientras que el nuevo Ford Focus 1.5 EcoBlue automático de 120 CV gasta 5,08 l/100 km. La cuenta es sencilla: multiplicamos los 3,8 céntimos que subirá cada litro del Diesel por los 5,08 litros que gastan cada 100 km y obtenemos una incremento del gasto con estos coches cada 100 kilómetros de unos 19,30 céntimos. La regla de tres para saber cuánto supondría a un conductor medio que haga 15.000 kilómetros nos lleva a la primera sorpresa: entre 28 y 30 euros al año para el usuario de esos Ibiza o Focus medios, menos de los 36 euros anunciados por el Gobierno.
Y en un SUV… ¿cuál será el incremento?
Las cuentas por tanto incluso vemos que se han redondeado al alza: buena noticia, al menos no nos mienten. Pero, ¿y qué pasa con los SUV, el segmento cada día más vendido y que contempla modelos más pesados y menos aerodinámicos. Recurrimos así al mencionado Peugeot 3008 con el nuevo motor 1.5 BlueHDi de 130 CV y comprobamos el consumo medio que ha medido nuestro Centro Técnico: 6,0 l/100 km. Hablamos ya de un gasto 1 litros superior cada 100 kilómetros.
En este Peugeot 3008 las cuentas nos llevan a asegurar que con el nuevo gravamen, cada 100 kilómetros con este SUV costará hasta 22,8 céntimos más. En esta ocasión, segunda sorpresa con la regla de tres: los 15.000 kilómetros supondrán un aumento total del gasto para el conductor de 34,2 euros… también inferior a los 36 anunciados por la ministra de Hacienda.
¿Y los Diesel antiguos?
De acuerdo, los cálculos los hemos realizado sobre coches modernos con motores de última generación. Pero, incluso si atendiésemos al parque español, donde el coche medio se sitúa entre los 12 o 13 años, tampoco las diferencias serían muy superiores. Acudimos de nuevo a nuestro Centro Técnico, donde incluso nos encontramos con Diesel de la época (como los famosos TDI con bomba-inyector del Grupo VW) que incluso consumían menos que ahora al tener menos tratamientos (tapones en realidad) para las emisiones. Y en los peores casos, nos encontramos con gastos como mucho 1 l/100 km superiores, lo que nos llevaría a un incremento de gasto con el nuevo Impuesto al Diesel de entre 30 y 40 euros al año, todavía muy próximos a los márgenes anunciados.
No hay duda pues que dinero es, y se reflejará en esos 670 millones de euros que el Gobierno tiene previstos recaudar con el nuevo Impuesto al Diesel, de los que el 30% anuncia que se destinarán a nuevas políticas de movilidad sostenible. Pero al menos las cifras anunciadas corresponden a la realidad y los cálculos se han realizado en efecto atendiendo a consumos reales y coches medios de nuestro mercado.