La 120 reunión extraordinaria de la
Rodríguez pasa ahora a dirigir PDVSA, la petrolera estatal venezolana y una de las 10 compañías industriales más grandes del mundo. En sus pasillos se gestó parte de la sublevación de hace dos meses contra Hugo Chávez, presidente del país, por lo que el ex – paracaidista ha entregado su control a Alí Rodríguez, curtidísimo negociador y hombre adicto al chavismo.
Rodríguez, antiguo líder revolucionario, deja un cargo que le ha hecho famoso en el mundo entero por su arrojo para desempolvar los puños de boxeo de la Opep. De su mano, y bajo la inspiración de la siempre beligerante Venezuela, la organización petrolera abandonó viejas rencillas y reconstruyó su virulenta unidad de los años setenta. Ha logrado presentar un frente común y plantar cara a los países occidentales. Su política de "cerrar grifos" logró un éxito sin precedentes a mediados de 2000, cuando los precios del barril rozaron los 34 dólares y el dinero entró como una riada en los países productores.
Después, Rodríguez supo mantener agrupada a la Opep cuando Estados Unidos y la Unión Europea presionaron como nunca para abaratar los precios. También supo abrir la mano y permitir bajadas cuando creyó que la cuerda estaba demasiado tensa. Su gran logro, el que pasará a la historia, fue el mecanismo de control automático de precios, más conocido como "banda de precios"