Todos los automóviles de la Administración autonómica llevarán este adhesivo, a excepción de los vehículos pertenecientes a los Mossos d¿Esquadra. La abreviatura CAT, referida a Cataluña, estará impresa en una pegatina rectangular y no se colocará dentro de la matrícula, sino sobre la chapa del vehículo, a la derecha de la placa reglamentaria.
Un portavoz de la consejería de Interior catalana señaló que el hecho de que se pueda equiparar a un adhesivo cualquiera y que no esté colocado en el interior de la placa hace inviable que se sancione al conductor que la porte.
Para el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, este asunto tiene que ir más lejos. El máximo responsable del Ejecutivo catalán ha indicado su intención de encargar un estudio para comprobar la viabilidad jurídica de incluir el distintivo CAT en las matrículas.
Por su parte, el presidente del Gobierno español, José María Aznar, quitó importancia a la polémica y rehusó entrar en el fuego cruzado afirmando que él ¿no participa en el debate de las chapas¿. El que sí se sumo a la polémica fue el consejero de Gobernación de Cataluña, Josep Antoni Duran Lleida, que acusó a Aznar de provocar esta polémica y de ¿no respetar la Constitución¿.
Otros ¿damnificados¿ por las nuevas placas son los ciudadanos ceuties que se desplacen a diario a Marruecos. Estos tienen preferencia de paso en el control fronterizo respecto al resto de vehículos. Con las matrículas europeas, que no diferencian la comunidad donde se matriculó el vehículo, será más difícil identificar a los habitantes de la ciudad autónoma.