Masato Kawabata es el actual campeón de drift en Japón, pero recientemente se ha hecho famoso en el mundo entero al entrar en el Libro Guiness de los Records al batir el récord de velocidad del mundo haciendo drifting. Nadie hasta ahora había logrado superar la barrera de los 300 km/h en plena derrapada, lo que denota, además de la habilidad de Masato Kawabata cierta dosis de locura. El récord lo batió a los mandos de un espectacular Nissan GT-R Nismo, convenientemente adaptado para batir el récord. Para su puesta a punto contó directamente con los ingenieros de Nismo, que prepararon el coche con detalles como la propulsión trasera sacada del Nissan GT-R NISMO GT3. El récord se estableció al alcanzar los 304,96 km/h con el GT-R colocado en un ángulo de 30 grados. Para poder hacer semejante prueba tuvieron que desplazarse al aeropuerto internacional de Fujairah, en el transcurso de un evento especial, ya que en una pista de carreras convencional hubiese sido imposible alcanzar tal velocidad y luego poner el coche de lado con garantías de salir airoso. El Nissan GT-R de Masato Kawabata contaba con la friolera de 1.380 caballos, todos ellos a las ruedas traseras. Para su puesta a punto Nissan contó con el circuito de Fuji y con el propio Kawabata, ayudados por los especialistas del preparador y suministrador de material para el drift GReddy Trust.
En el vídeo que acompaña a este artículo Masato Kawabata nos da unas lecciones básicas de cuál es la técnica ideal para hacer drifting, si bien la práctica y un buen material resultan fundamentales para dominar la técnica. El drift ha pasado en poco tiempo de ser un hobbie a todo un arte, con campeonatos en todo el mundo y auténticos especialistas que denotan una prodigiosa habilidad a la hora de hacer maniobras que antes eran impensables para un coche de carreras. El tiempo y la experiencia ha llevado a adaptar los coches únicamente para esta especialidad. El secreto del drift se encuentra en saber aprovechar las inercias del propio vehículo para luego controlarlas a base de freno y acelerador. Para ello es fundamental que el coche cuente con la propulsión trasera, un diferencial autoblocante con un tarado lo más cercano al 100 por cien y mucha potencia. Las suspensiones y geometrías del coche también se adaptan, jugando con la dureza, las alturas y el avance de las manguetas principalmente. Disfrutemos ahora de las lecciones que nos da Masato Kawabata, siempre en un circuito cerrado al tráfico.
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