La multinacional norteamericana difundió un comunicado en que asegura que "no apoyará un cambio en la propiedad de Saab que pudiera impactar negativamente en las relaciones de General Motors en China o afectar de forma adversa a los intereses de GM en todo el mundo".
Los grupos chinos Pang Da y Youngman firmaron a finales de octubre un principio de acuerdo para comprar Saab por 100 millones de euros. Las dos compañías se han comprometido a inyectar un mínimo de 650 millones de euros en el fabricante sueco de automóviles, pero también prevén la eliminación de 500 puestos de trabajo.
General Motors vendió Saab a la sociedad holandesa Spyker (actualmente denominada Swedish Automobile) a principios del pasado año, después de un proceso complejo en el que la corporación llegó a anunciar el cierre y la disolución de la firma escandinava.
Los asuntos relacionados con la propiedad intelectual cobran especial relevancia en las operaciones en las que participan empresas chinas. Así, cuando Ford vendió Volvo a Geely permitió que la marca sueca siguiera teniendo acceso a su tecnología, pero prohibió a la china asumir derechos sobre la propiedad intelectual.