General Motors despide a 1.000 trabajadores de su fábrica de Michigan

La caída de ventas en el mayor mercado del mundo, el estadounidense, sigue provocando la ralentización en el ritmo de producción de vehículos y la reducción de plantilla de los fabricantes americanos.

En un nuevo capítulo de reestructuración del sector estadounidense del automóvil, General Motors anunció ayer, martes 21, que despedirá a cerca de mil trabajadores de su fábrica de Michigan.
La plantilla de la planta de Orion Lake se verá reducida en una cuarta parte. En esta factoría se construyen berlinas de tamaño medio, tales como los modelos Oldsmobile Aurora, Pontiac Bonneville, Buick LeSabre y Buick Park Avenue. Hasta ahora salían de las cadenas de montaje de la factoría unos 60 vehículos a la hora, con este recorte se calcula que ya sólo se producirán unas 45 unidades en el mismo intervalo de tiempo.
Estos modelos se han visto muy afectados por el reciente descenso de ventas en el sector, que comenzó en los últimos meses del pasado año por la desaceleración de la economía de Estado Unidos y la creciente competencia de las marcas extranjeras.
Otro de los factores principales es la caída de ventas de Oldsmobile, después de que General Motors anunciase a finales del año pasado que cerrará esa marca, después de 103 años de existencia, por falta de rentabilidad.
General Motors sigue, por lo tanto, con su proceso de reestructuración, al igual que sus otros dos compañeros de fatigas, Ford y Chrysler. Los Big Three de Detroit intentan reducir su capacidad de producción a marchas forzadas, con el cierre de fábricas y despidos que este proceso conlleva.
Expertos de la industria automovilística americana consideran que las marcas están recortando la producción para convencer a los inversores de Wall Street de las connotaciones positivas que también puede acarrear una caída de ventas, de cara a aprovechar la época de vacas flacas para aumentar la productividad de las plantillas.