Nuestras percepciones lo presuponen y las cifras lo corroboran. Circular en invierno es más peligroso y entraña más riesgos que el resto del año. De hecho, según la aseguradora AXA, las probabilidades de que el coche no arranque aumentan un 18 por ciento en estos días de frío y hay un 27 por ciento más de posibilidades de que el sistema eléctrico no arranque.
Y nunca hay que perder de vista que lo mejor que nos puede pasar si sale a relucir una avería es tenernos parados unos días y mandar el coche al taller. No debemos olvidar que, según el RACE, los accidentes con heridos y fallecidos aumentan un 30 por ciento en los meses de invierno, por lo que el mantenimiento de nuestro vehículo es esencial para circular con seguridad.
Por todo esto, Shell ha recogido algunos trucos y algunas decisiones que debemos tomar antes de ponernos en marcha durante los meses más fríos, especialmente si tenemos que realizar un viaje largo.
- Planifica tu viaje: Da igual invierno o verano, viajemos en la estación que viajemos debemos estudiar el recorrido que vamos a hacer. Pero en invierno, si cabe, con mayor atención. Piensa que en el camino pueden presentarse tormentas o puede aparecer la nieve y bloquear carreteras e, incluso, dejarnos atrapados en el peor de los casos. Si viajas con niños no te arriesgues a pasar una noche a la intemperie, lleva alguna manta, los teléfonos móviles cargados y estar atentos a los avisos de los servicios de emergencia. En el caso de que des por hecho que te vas a encontrar zonas con nieve, compra cadenas para circular.
- Revisa tu vehículo: Una vez planificado nuestro viaje, es igual de importante que compruebes el estado de tu automóvil. Cerciórate de que el alumbrado funciona correctamente, que los niveles de aceite son los adecuados o que la batería funciona a pleno rendimiento (las temperaturas extremas la debilitan). Y no nos olvidemos de los neumáticos, un buen agarre es esencial cuando el piso está mojado o deslizante.
Comprueba los líquidos: Cuando hace frío, uno de los componentes a los que mayor atención debes prestar es a los líquidos. El frío los afecta directamente y son esenciales para garantizar un buen funcionamiento de los componentes. El aceite facilita el arranque del motor y que trabaje lo antes posible a la temperatura correcta, utiliza un líquido anticongelante en el parabrisas y haz lo propio con los niveles del refrigerante. En cuanto al combustible, trata de mantener la mayor cantidad posible del mismo, de esta manera te garantizas que, en caso de quedar atrapado, siempre puedes encender la calefacción con el coche al ralentí.
Limpia el coche antes y después: La mezcla de agua, sal y barro es muy dañina para los componentes de nuestros coches. Esta suciedad puede provocar que los materiales se dañen y se deterioren más rápidamente. Además, si dejamos que se mantengan en los bajos provocaremos que aparezca óxido en el chasis, debilitando sus propiedades y, en el peor de los casos, provocando la rotura de las piezas afectadas.