El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro (en la foto), ha adelantado que para el año que viene los impuestos que gravan las gasolinas no subirán. El cada día más cercano conflicto en Irak está tirando hacia arriba de los precios del crudo, lo que está alargando una crisis económica que comenzó hace ahora un año con los atentados del 11 de septiembre.
A pesar de que desde la Opep se afirma una y otra vez que en caso de conflicto se ampliarían las cuotas de extracción, la preocupación está arrastrando a las economías a uno de los peores baches de los últimos años.
Ante este panorama, el Gobierno español ha decidido congelar los gravámenes de los carburantes para el próximo año; una iniciativa que ha sido acogida de buen grado desde el sector de los gasolineros.
Según Cristóbal Montoro, el hecho de que el incremento del precio del petróleo esté unido a la posible invasión de Irak por parte de Estados Unidos convierte la situación en una "amenaza pasajera" que se disipará según pase el tiempo.
De todas formas y con el fin de relanzar la economía española el año que viene, se ha optado por congelar los impuestos de los carburantes.
Desde la Confederación Española de Estaciones de Empresarios de estaciones de Servicio (CEEES), se ha acogido de forma positiva esta idea, aunque ya se ha dejado claro que las gasolinas subirán de todas formas.
Esta pesimista visión se basa en que se espera que todas las comunidades apliquen el tramo autonómico del nuevo impuesto para financiar la Sanidad, el conocido "céntimo sanitario".
A este gravamen se sumarán el encarecimiento del crudo ante la cercanía de la guerra en Irak y la armonización fiscal en la unión Europea, que subirá los gravámenes de los carburantes en nuestro país.