Desde 1994 se vislumbra que la única salida posible para Santana es la privatización y, aunque su principal accionista, la Junta de Andalucía, asegura que ésta es inminente, todavía no hay nada cerrado. Tras pasar el visto bueno del equipo de Chaves, las empresas que van a comprar alguna de las líneas de trabajo de la factoría andaluza parecen no contar con la aprobación de los trabajadores. Al menos así lo ha afirmado el comité de empresa, cuyo presidente, Juan Salazar, ha destacado que, en la actualidad, se estudian nuevas movilizaciones.
Salazar ha declarado que el plan de Santana "nace muerto", una opinión que no comparte el Gobierno andaluz. Para el consejero de Presidencia de la Junta, Gaspar Zarrías, el acuerdo alcanzado ha supuesto "un esfuerzo ingente, el mayor posible" para esta factoría, que, como ha determinado la Unión Europea, "no puede recibir ninguna inyección económica".
La Dirección de la empresa, por su parte, ha rechazado la pretensión de los sindicatos de volver a negociar y, según ha adelantado en un comunicado, mantiene su plan de poner en marcha un parque de proveedores y la incorporación de trabajadores a las empresas de dicho parque.
Esta larga negociación puede contar con un nuevo capítulo el próximo lunes, fecha elegida por el comité de empresa para una nueva reunión.
Protestas de los empleados
Casi cuatrocientos trabajadores de Santana Motor de Linares (Jaén) cortaron esta tarde en ambos sentidos la N-IV a la altura de Guarromán para mostrar su rechazo a la forma en la que se ha planteado el proceso de privatización de trece unidades de negocio de la planta.
El corte de esta vía, que se realizó con neumáticos ardiendo, se produjo sobre las 14:55 h y duró 45 minutos, provocando un par de kilómetros de retenciones.
Salazar recordó que los trabajadores de Santana no aceptarán el traspaso voluntario a otras empresas si éstas no les garantizan las mismas condiciones laborales que la factoría linarense.