El petróleo iraquí suaviza el mercado

La llegada al mercado de los primeros 10 millones de barriles iraquíes tras la guerra ha contribuido a calmar un poco los ánimos. El regreso de Irak a las ventas internacionales debería servir para tranquilizar a los intermediarios y propiciar una segunda mitad del año dominada por la estabilidad en los precios de los carburantes.

Ayer, el precio del barril bajó un poco en Nueva York y cerró a 29,17 dólares, un nivel todavía muy elevado para lo que les gustaría a los responsables de la economía occidental. En Londres, ayer se vendió el Brent a 26,92 dólares y hoy se vende ligeramente por debajo de ese precio.Sin embargo, la bajada de precios más importante es la que experimenta el barril de la Opep, un precio medio de sus siete petróleos principales. El hecho de que este índice descienda es sintomático de que el mercado se va calmando. Durante la semana pasada el bidón Opep se colocó en 26,17 dólares por unidad, un cinco por ciento menos que durante la semana anterior. La importancia de este descenso es crucial.

Las bajadas marcan una tendencia, pero no la aseguran. La situación todavía es mala y más desde que la resistencia iraquí ha empezado a tomar fuerza y a plantar cara seriamente a los estadounidenses.

Por todo Irak se suceden los actos de sabotaje y los ataques a la infraestructura petrolífera, ahora en manos de la autoridad provisional americano-iraquí. Hasta ahora han volado tres oleoductos, el último, uno que iba hacia Siria con 200.000 barriles diarios.
Estas agresiones han vuelto a ralentizar el ritmo de trabajo de los pozos y refinerías de Irak, con lo que su regreso al mercado es mucho más complicado de lo previsto.

Se calcula que Irak tardará un año y medio en volver a exportar los 2,5 millones de barriles que exportaba cada día antes de la guerra. Mucho más habrá de pasar para alcanzar los 6 millones de barriles diarios que, potencialmente, podría alcanzar.