El coste del barril de crudo Brent, de referencia en Europa, cruzó ayer la barrera de los 29 dólares por primera vez desde septiembre de 2001. El precio del petróleo ha sufrido desde enero una subida de casi el 40 por ciento, aunque este último incremento se debe, principalmente, al temor por la posible intervención militar de Estados Unidos en Irak, que podría desencadenar un conflicto de mayor escala en Oriente Medio (región que cuenta con dos tercios de las reservas mundiales de crudo).
"Es la reacción del Golfo Pérsico a un ataque estadounidense contra Sadam Husein, no la interrupción del suministro iraquí, lo que preocupa al mercado", señalan los analistas (hay que tener en cuenta que el 18,7 por ciento del petróleo importado por EEUU procede del Golfo, cifra que se eleva al 40 por ciento en el caso de la Unión Europea). Esta hipótesis tiene una consecuencia: el aumento de entre tres y cuatro dólares para la cotización del barril (1 dólar=1,024 euros; 1 barril=159 litros), conocido como "prima de guerra": un incremento en el precio que se atribuye a los inversores que especulan en el mercado de las materias primas. La subida de los precios del crudo traerá inevitablemente un aumento en las tarifas de las gasolinas. De hecho, algunas petroleras ya estudian los nuevos precios.
El aviso de la armada estadounidense sobre un posible ataque terrorista a los petroleros que navegan por las aguas cercanas a Oriente Medio y la huelga de Noruega en el sector de extracción y refino, que podría restar 400.000 barriles diarios a la exportación de crudo, también han influido en esta subida de precio. La escalada, según los expertos, también supone una amenaza para la recuperación económica de los países industrializados, los mayores importadores de petróleo del mundo. Un incremento anual del 10 por ciento conlleva un recorte cercano a siete décimas del Producto Interior Bruto (PIB) de un país.
Esta situación está creando incertidumbre: según la prensa alemana, el FMI (Fondo Monetario Internacional) revisará sus previsiones de crecimiento en la reunión que celebrará a finales de este mes. Además, un informe del instituto germano IWH ha cifrado en el 2,3 por ciento el descenso del PIB mundial en el año 2003 y afirma que una guerra en Irak pondría en peligro la dinámica necesaria para que la economía abandone la debilidad que arrastra desde el año pasado.
Algunos analistas ya han anunciado que el precio del petróleo podría seguir subiendo en los próximos días, hasta superar ampliamente los 30 dólares por barril. El incremento dependerá de si EEUU lanza finalmente su ofensiva contra Irak y de la decisión que adopte la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) en su reunión del próximo día 19, en Osaka.
Posible aumento de las cuotas de petróleo
Después de llevar a cabo varios recortes a lo largo del último año –debidos al debilitamiento de las economías y al consiguiente descenso en la demanda de petróleo-, la OPEP tendrá que decidir, el día 19, si aumenta la producción de crudo, con el fin de impedir una nueva subida de precios.
No todos los miembros están de acuerdo con esta medida, pues países como Venezuela, Kuwait, Qatar o Indonesia desean que el barril se mantenga en los actuales niveles, alegando que la economía mundial puede soportarlos. De hecho, el Ejecutivo kuwaití confirmó ayer que no apoyará un incremento en las exportaciones hasta que la cesta de siete tipos de calidades de crudos de la
que los once países integrantes del cártel establecieron en marzo de 2000 para estabilizar el precio de su barril en una media de 25 dólares.
A pesar de las protestas de los miembros más "radicales", los expertos han vaticinado que la OPEP aumentará su producción a partir del próximo 1 de enero. La organización ha aflojado su disciplina en los últimos meses, pues varios de sus componentes han superado la cuota establecida. El mes pasado, llegaron al mercado 1.800.000 barriles más del techo acordado, el más bajo de la última década.
Según los analistas, una subida de la oferta en un millón de barriles diarios apenas se notaría. Además, hay que tener en cuenta que la demanda de crudo crecerá en los próximos meses, debido al mayor consumo de energía en los países industrializados del norte del planeta, donde comienza la temporada fría del año.