El miedo a la bancarrota impulsa el acuerdo Firestone-Rodríguez

El acuerdo de Firestone con la familia Rodríguez parece haber sido una gran noticia para ambas partes. La marca de neumáticos pagará menos de lo que pensaba, mientras que los demandantes se aseguran el cobro de las indemnizaciones.

El miedo a la bancarrota impulsa el acuerdo Firestone-Rodríguez
El miedo a la bancarrota impulsa el acuerdo Firestone-Rodríguez

Firestone ha accedido finalmente a pagar 7,85 millones de dólares (1.428 millones de pesetas) a la familia Rodríguez en el primer juicio que se celebraba por el escándalo de los neumáticos en los Estados Unidos.

Esta indemnización final es resultado de un tira y afloja entre los abogados de Firestone y los representantes de la familia Rodríguez. Marisa Rodríguez quedó paralítica en un accidente en un Ford Explorer que montaba neumáticos de Firestone y sus familiares habían interpuesto un juicio contra la compañía por un valor de 1.000 millones de dólares (182.000 millones de pesetas). Los abogados de la acusación, sin embargo, parecían conformarse con una cantidad que rondaba los 23 ó 25 millones de dólares (entre 4.186 y 4.550 millones de pesetas).

Desde el principio, Firestone sostuvo la inocencia de sus productos, aunque ya en julio hizo una oferta a los Rodríguez por 6 millones de dólares (1.092 millones de pesetas). Uno de los abogados de la familia de origen hispano estuvo de acuerdo con la oferta, aunque los otros dos, siguieron en sus trece y mantuvieron la demanda de los 23-25 millones de dólares, seguros de poder sacar más dinero.

Entonces, ¿qué razón ha llevado a los Rodríguez a aceptar un acuerdo por 7,85 millones de dólares? La razón reside en el miedo. Los familiares de Marisa Rodríguez, postrada en una silla de ruedas, empezaron a temer que finalmente pudieran quedarse sin nada.

Miedo a la bancarrota
Los principales analistas contemplaban dos alternativas de resolución del juicio, ninguna de las cuales beneficiaba a los Rodríguez. Un veredicto multimillonario podría provocar que la compañía se declarara en bancarrota por lo que podía haber problemas para el cobro de ese montante económico. La otra gran opción era que los miembros del jurado no alcanzaran una decisión unánime, por lo que se debería repetir el proceso. "Mi familia no quería pasar otra vez por esto", señalaba el padre, Joel Rodríguez. Así, la última oferta puesta en la mesa por los abogados de Firestone fue aceptada.

La estrategia de los abogados de Firestone en todas las demandas contra la compañía ha sido la misma. Los magistrados de la marca de cubiertas han advertido siempre a los demandantes que su representada no puede hacer frente a procesos prolongados y han esgrimido el argumento de una posible declaración de bancarrota para lograr acuerdos ventajosos y evitar ir a juicio.