Si hace solo unos días ya te contamos el interesante informe que publicaba la Organización de Consumidores y Usuarios (la OCU) sobre las diferencias de uso y de ahorro en los neumáticos de los coches en función de cada marca, esta semana toca analizar un aspecto casi aún más importante para la compra de un coche: el coste total de uso de cada uno, en función al combustible o la energía que utilicen.
Valorando por tanto mucho más que el simple precio de adquisición de los coches, que es lo que normalmente el cliente suele ponderar, la OCU, en colaboración con la Fundación Europea del Clima, ha estudiado también los impuestos, el coste del seguro, el del carburante o la energía que emplean y el de mantenimiento. Y con todo ello hay conclusiones más que llamativas y sorprendentes, como puedes ver en el cuadro que hay bajo estas líneas.
A través de cálculos realizados con un vehículo compacto de gama media que recorra unos 14.500 kilómetros al año, y teniendo en cuenta además de todo lo anunciado también posibles descuentos derivados del nuevo Plan Moves y el de reventa 11 años después, una de las primeras conclusiones refleja el importante ahorro que generan a largo plazo que los sistemas alternativos, y también sobre todo los coches eléctricos.
Según el estudio de la OCU, el coste total de un coche eléctrico tipo sumaría unos 56.000 euros en 11 años de uso, frente a los 65.000 euros que termina causando un compacto tradicional con motor de gasolina: es decir, el ahorro alcanzaría nada menos que 9.000 euros en el eléctrico a largo plazo, recargando eso sí el coche con una tarifa eléctrica normal, valorada en el estudio en 4 euros cada 100 km. De hecho, el informe subraya que si se puede recargar con tarifa nocturna reducida (1,6 €/100 km), el ahorro podría llegar a 13.000 o incluso 15.500 euros, si también contásemos la ayuda de 7.000 euros del Plan Moves por entregar un coche para achatarrar.
En cuanto a los híbridos enchufables, si eres capaz de usar hasta un 70 por ciento su modo 100% eléctrico de uso, y con las mismas tarifas anunciadas antes, estos vehículos terminarían a largo plazo costando lo mismo que un vehículo híbrido convencional, y unos 3.000 euros menos mínimo que uno de gasolina, contaminando eso sí mucho menos.
Pero si otra tecnología sale destacada del informe de la OCU, ésa es la de los vehículos bi-fuel alimentados por gasolina y gas natural comprimido (GNC). Estos resultarían incluso más baratos a largo plazo que los coches eléctricos, aunque emitiendo mayor contaminación siempre a la atmósfera. La diferencia de coste total de uso sería de casi 4.000 euros de ahorro en favor del coche de gas.
El informe de la OCU especifica también que los mayores ahorros en cada tipo de coche se suelen producir en el taller, debido a la diferencia de mantenimiento de cada tecnología, y, sobre todo y primordialmente, en el gasto de combustible diario o energía.
