El Día Mundial sin coches lleva celebrándose desde 1992 en varios países, pero es en Europa donde tiene más seguidores. Son muchas las ciudades que se suman a esta iniciativa englobada, además, en la Semana de la Movilidad.
El objetivo es concienciar a la población de que es posible prescindir del automóvil en el día a día utilizando otros medios de transporte alternativos. Pero, ¿es factible que todos los ciudadanos nos desplacemos sin utilizar el coche? , ¿las alternativas disponibles son suficientes?
Guerra abierta a los coches en Madrid
No nos engañemos: el Día Mundial sin coche tiene realmente calado en las grandes ciudades, colapsadas por vehículos privados ocupados, en la mayoría de los casos, por una o dos personas. Madrid es una de las sufridoras urbes y su Ayuntamiento ya ha decidido tomar cartas en el asunto.
Hace apenas unos días el consistorio anunció su controvertido Plan A de Calidad del Aire, que pondrá en marcha el próximo año, limitando la circulación en determinadas calles, disminuyendo la velocidad en las vías periféricas y prohibiendo que los vehículos más contaminantes accedan a la ciudad. De esta forma, los madrileños deberían reeducar sus hábitos de transporte y, a cambio –aseguran los técnicos municipales-, gozarían de un aire más limpio.
El 65% no quieren que se restrinja el coche
Pero, ¿estarían dispuestos los habitantes de la capital a dejar el coche en casa? ¿Piensan que es posible hacerlo en transporte público? Una encuesta realizada por el RACE a 1.800 madrileños –a través del DUCIT, el Observatorio Español de Conductores- concluye que el 65% tendría “muchas dificultades” para acceder a un medio de transporte alternativo si se restringe el coche privado en el centro.
Dos son los principales motivos que eluden: la eficacia “limitada” de esta medida para reducir los niveles de contaminación y la multiplicación por dos del tiempo que invierten en llegar a sus centros de trabajo, una cifra que el RACE estima equivaldría a 42 jornadas laborales más.
¿Hay mejores alternativas?
Según el RACE es posible llegar a una solución intermedia, que favorezca a automovilistas y mejore la calidad del aire de las ciudades. Para ello, proponen varias actuaciones conjuntas y complementarias.
Lo primero es apostar por las tecnologías híbridas y eléctricas en los vehículos. Según el DUCIT, un 26% de los conductores de Madrid capital y un 34% de los conductores de Madrid provincia se ha planteado comprar un coche 100% eléctrico.
Además, para que se use el transporte público habría que estimular a los ciudadanos, “con más frecuencia, paradas, rutas y un precio menor”. Al mismo tiempo, para aquellos que vienen de fuera de la ciudad, sería necesario aumentar la capacidad de los aparcamientos disuasorios y crear otros nuevos, lo que facilitaría que la gente dejase sus vehículos y pudiese coger el transporte público.
Por último, las empresas “deberían implicarse más”: sólo el 11% de los conductores dispone en sus centros de trabajo de planes que hagan referencia a la movilidad sostenible de sus empleados.
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