Las arcas públicas se están viendo mermadas de forma significativa por “culpa" del coche eléctrico. La tributación derivada del uso de este tipo de vehículos es de tan solo 72 euros al año, frente a los 754 euros que recauda un coche gasolina o los 535 euros de un coche diésel. Esto supone una caída en la recaudación de hasta 681 euros año por cada coche eléctrico.
Así se desprende de un estudio de la Fundación ENT publicado en el portal del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, que mide la tributación media de los coches diésel, gasolina y eléctricos con arreglo a los impuestos derivados de su uso.
Por ejemplo, con respecto al impuesto de matriculación, en el año 2017 se recaudó 390,2 millones de euros, tan solo el 36% de la cantidad recaudada en todo el año 2008. Recordemos que los vehículos que emitan menos de 120 g/km de CO2, están exentos de pagar el impuesto de matriculación. Así, en 2017 el 75% de los vehículos matriculados estaba exento de ese pago.
Otro de los impuestos incluidos en el estudio es el de vehículo de tracción mecánica (impuesto de circulación), que en 2016 aportó hasta 2.392 millones de euros a las arcas públicas. El de hidrocarburos, por su parte, ingresó entre 10.500 y 11.000 millones en los últimos años.
Además del IVA, para el cálculo de la tributación de los vehículos eléctricos, el estudio tiene en cuenta también el impuesto de electricidad, que recaudó 1.481 millones de euros en 2015, y el impuesto de valor producido de la energía eléctrica, que ese mismo año ingresó 1.656 millones de euros.
Con todos estos datos y teniendo en cuenta un escenario base para un vehículo eléctrico con un gasto de 0,20 kilovatios hora (kWh) por kilómetro, de 0,07 l/km de un Diesel y de 0,09 l/km de un gasolina, la tributación media de un vehículo eléctrico estaría entre 463 y 681 euros al año por debajo de los otros dos vehículos de combustión interna.
Con las previsiones realizadas por el Instituto para la Diversificación y ahorro de la Energía (IDEA) de que en 2020 habrá 25 millones de turismos de los cuales el 10% será eléctrico, el año que viene se recaudaría un total de 1.430 millones de euros menos en impuestos derivados de turismos, un 8,4% menos de los esperado si todos los vehículos fueran de combustión interna.