Ya hemos destacado muchas veces que el parque automovilístico español tiene una edad media considerablemente alta. Los últimos datos de ANFAC apuntan a unos 13,1 años de media, y que 6 de cada 10 turismos de nuestras carreteras tienen 10 años o más. Cifras que se traducen en una mayor contaminación si los comparamos con los vehículos más modernos.
Los coches más viejos no cuentan con tantos sistemas de reducción de emisiones, por no hablar de que las nuevas propuestas alternativas –híbridos, híbridos enchufables, eléctricos…– están alza (lentamente) y reducen la huella de contaminación. Los coches más modernos, a su vez, cuentan con una carga electrónica mayor que es capaz de detectar con mayor rapidez y precisión los fallos en el motor (con las herramientas adecuadas, claro), algo que no es tan sencillo según nos remontamos atrás en el tiempo y no tenemos conocimientos sobre mecánica.
Una conducción adecuada, un mantenimiento correcto de nuestro coche y disponer de las herramientas necesarias pueden salvarnos de muchos apuros.
Cómo detectar señales de que tu vehículo contamina más
¿Qué señales puede dar un coche de que “está contaminado de más”, como dicen desde Oscaro? Aparte de desprender mayores cantidades de humo por el tubo de escape, así como los olores que podamos detectar, habrá que estar atentos a los testigos que puedan mostrarnos un error en el cuadro de instrumentos. Los sistemas actuales de anticontaminación en el coche y sus sensores detectan cualquier anomalía en el funcionamiento de la mecánica.
Si lo que falla es uno de estos sensores, el motor adaptará su funcionamiento para que se cumplan los protocolos de anticontaminación si es posible. Es aquí cuando podemos detectar nosotros mismos el problema: por ejemplo, si notamos pérdidas de potencia mientras conducimos.
Como conductores, si llevamos un mantenimiento adecuado y periódico de nuestro coche, podremos atajar muchos de estos problemas antes de que sucedan. Pero si se produce el fallo, lo mejor es dejarlo en manos de profesionales. En los talleres disponen de herramientas de diagnóstico que, conectándolas a la ECU de nuestro coche, detectarán de forma más rápida y eficaz el problema en cuestión. Aun así, deberás prestar atención al mantenimiento del aceite del motor y de los filtros para cambiarlos de forma regular.
Consejos para una conducción eficiente
Si tenemos un vehículo de muchos años, poco podemos hacer para que contamine menos de lo que ya lo hace; al menos, desde el punto de vista mecánico. Sin embargo, nuestra conducción puede marcar diferencias importantes. Llevar a cabo una conducción eficiente es un primer paso, y son varios los consejos que puedes seguir: al arrancar, hazlo sin acelerar; espera al menos un minuto antes de emprender la marcha tras arrancarlo, ya que hacerlo en frío incrementará el consumo de combustible; en paradas de larga duración, si no tienes sistema Start/Stop, lo mejor es que apagues el motor.
Es importante llevar una velocidad constante siempre y no hacer frenadas bruscas, ya que estarás “matando” el movimiento conseguido con energía”; revisa la presión de los neumáticos con frecuencia; no lleves peso innecesario ni elementos que tengan el mismo efecto, como las bacas o cofres; no abuses del climatizador; y anticípate siempre para ajustar tu velocidad a las condiciones de la vía, a los semáforos de la ciudad, etc.