Contacto: Peugeot 206 1.4 HDI

Peugeot tiene ya listo para la venta el 206 con el motor 1.4 HDI de 70 CV. Con este propulsor, el coche francés se abre a una parte del mercado que necesita un coche de precio asequible, consumo bajo y capacidad para viajar.

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El resultado es una aceleración y unas prestaciones más bien discretas: 14.7 segundos en el 0-100, 35,9 segundos en el kilómetro con salida parada, recuperación 80-120 km/h en quinta en 17,2 segundos y una velocidad punta de 168 km/h.

Como se ve no son números de escándalo, pero tampoco son malos. Ahora, si tenemos en cuenta que el consumo homologado por Peugeot, de 4,3 litros, la cosa cambia. Tenemos un coche realmente económico en el consumo con unas prestaciones muy apropiadas para un uso tranquilo. El motor no nos va a hacer pasar apuros, porque mueve al coche sin problemas, pero tampoco es un motor especialmente brillante. Ni siquiera tiene gran par a pocas revoluciones, como es habitual en los motores turbodiésel. Se queda en 150 Nm a 1.750 rpm, que es más que lo que daba el Diésel atmosférico, pero está por debajo de los 177 que rinde el Clio 1.5 dCi, por ejemplo, que tiene 100 centímetros cúbicos más.

Sin embargo, sí que es una máquina que aporta mucha tecnología. Lleva common rail de segunda generación fabricado por Bosch y un peso muy contenido gracias a la masiva presencia de aluminio en su arquitectura de cuatro cilindros en línea. En cuanto a su capacidad de trabajo, rinde 70 CV y ofrece un par máximo de 150 Nm a 1.750 revoluciones.

Su punto fuerte, además del bajo consumo, es el gran avance en la reducción de emisiones contaminantes. Este HDI ha optimizado todo lo posible el proceso de combustión, de forma que las contaminación empieza a reducirse en los mismos cilindros. Después, lleva un dispositivo EGR de reciclado de gases de escape que permite minimizar la cantidad de óxido de nitrógeno expulsado a la atmósfera.

Como complemento del motor se ha optado por una caja de cambios de cinco marchas y relaciones muy largas. Ya conocida, esta caja tiene un tacto bastante acertado, una tónica general en un coche muy trillado y sin grandes pegas.

El resultado es una aceleración y unas prestaciones más bien discretas: 14.7 segundos en el 0-100, 35,9 segundos en el kilómetro con salida parada, recuperación 80-120 km/h en quinta en 17,2 segundos y una velocidad punta de 168 km/h.

Como se ve no son números de escándalo, pero tampoco son malos. Ahora, si tenemos en cuenta que el consumo homologado por Peugeot, de 4,3 litros, la cosa cambia. Tenemos un coche realmente económico en el consumo con unas prestaciones muy apropiadas para un uso tranquilo. El motor no nos va a hacer pasar apuros, porque mueve al coche sin problemas, pero tampoco es un motor especialmente brillante. Ni siquiera tiene gran par a pocas revoluciones, como es habitual en los motores turbodiésel. Se queda en 150 Nm a 1.750 rpm, que es más que lo que daba el Diésel atmosférico, pero está por debajo de los 177 que rinde el Clio 1.5 dCi, por ejemplo, que tiene 100 centímetros cúbicos más.

Sin embargo, sí que es una máquina que aporta mucha tecnología. Lleva common rail de segunda generación fabricado por Bosch y un peso muy contenido gracias a la masiva presencia de aluminio en su arquitectura de cuatro cilindros en línea. En cuanto a su capacidad de trabajo, rinde 70 CV y ofrece un par máximo de 150 Nm a 1.750 revoluciones.

Su punto fuerte, además del bajo consumo, es el gran avance en la reducción de emisiones contaminantes. Este HDI ha optimizado todo lo posible el proceso de combustión, de forma que las contaminación empieza a reducirse en los mismos cilindros. Después, lleva un dispositivo EGR de reciclado de gases de escape que permite minimizar la cantidad de óxido de nitrógeno expulsado a la atmósfera.

Como complemento del motor se ha optado por una caja de cambios de cinco marchas y relaciones muy largas. Ya conocida, esta caja tiene un tacto bastante acertado, una tónica general en un coche muy trillado y sin grandes pegas.

El resultado es una aceleración y unas prestaciones más bien discretas: 14.7 segundos en el 0-100, 35,9 segundos en el kilómetro con salida parada, recuperación 80-120 km/h en quinta en 17,2 segundos y una velocidad punta de 168 km/h.

Como se ve no son números de escándalo, pero tampoco son malos. Ahora, si tenemos en cuenta que el consumo homologado por Peugeot, de 4,3 litros, la cosa cambia. Tenemos un coche realmente económico en el consumo con unas prestaciones muy apropiadas para un uso tranquilo. El motor no nos va a hacer pasar apuros, porque mueve al coche sin problemas, pero tampoco es un motor especialmente brillante. Ni siquiera tiene gran par a pocas revoluciones, como es habitual en los motores turbodiésel. Se queda en 150 Nm a 1.750 rpm, que es más que lo que daba el Diésel atmosférico, pero está por debajo de los 177 que rinde el Clio 1.5 dCi, por ejemplo, que tiene 100 centímetros cúbicos más.

Sin embargo, sí que es una máquina que aporta mucha tecnología. Lleva common rail de segunda generación fabricado por Bosch y un peso muy contenido gracias a la masiva presencia de aluminio en su arquitectura de cuatro cilindros en línea. En cuanto a su capacidad de trabajo, rinde 70 CV y ofrece un par máximo de 150 Nm a 1.750 revoluciones.

Su punto fuerte, además del bajo consumo, es el gran avance en la reducción de emisiones contaminantes. Este HDI ha optimizado todo lo posible el proceso de combustión, de forma que las contaminación empieza a reducirse en los mismos cilindros. Después, lleva un dispositivo EGR de reciclado de gases de escape que permite minimizar la cantidad de óxido de nitrógeno expulsado a la atmósfera.

Como complemento del motor se ha optado por una caja de cambios de cinco marchas y relaciones muy largas. Ya conocida, esta caja tiene un tacto bastante acertado, una tónica general en un coche muy trillado y sin grandes pegas.

El resultado es una aceleración y unas prestaciones más bien discretas: 14.7 segundos en el 0-100, 35,9 segundos en el kilómetro con salida parada, recuperación 80-120 km/h en quinta en 17,2 segundos y una velocidad punta de 168 km/h.

Como se ve no son números de escándalo, pero tampoco son malos. Ahora, si tenemos en cuenta que el consumo homologado por Peugeot, de 4,3 litros, la cosa cambia. Tenemos un coche realmente económico en el consumo con unas prestaciones muy apropiadas para un uso tranquilo. El motor no nos va a hacer pasar apuros, porque mueve al coche sin problemas, pero tampoco es un motor especialmente brillante. Ni siquiera tiene gran par a pocas revoluciones, como es habitual en los motores turbodiésel. Se queda en 150 Nm a 1.750 rpm, que es más que lo que daba el Diésel atmosférico, pero está por debajo de los 177 que rinde el Clio 1.5 dCi, por ejemplo, que tiene 100 centímetros cúbicos más.

Sin embargo, sí que es una máquina que aporta mucha tecnología. Lleva common rail de segunda generación fabricado por Bosch y un peso muy contenido gracias a la masiva presencia de aluminio en su arquitectura de cuatro cilindros en línea. En cuanto a su capacidad de trabajo, rinde 70 CV y ofrece un par máximo de 150 Nm a 1.750 revoluciones.

Su punto fuerte, además del bajo consumo, es el gran avance en la reducción de emisiones contaminantes. Este HDI ha optimizado todo lo posible el proceso de combustión, de forma que las contaminación empieza a reducirse en los mismos cilindros. Después, lleva un dispositivo EGR de reciclado de gases de escape que permite minimizar la cantidad de óxido de nitrógeno expulsado a la atmósfera.

Como complemento del motor se ha optado por una caja de cambios de cinco marchas y relaciones muy largas. Ya conocida, esta caja tiene un tacto bastante acertado, una tónica general en un coche muy trillado y sin grandes pegas.

El resultado es una aceleración y unas prestaciones más bien discretas: 14.7 segundos en el 0-100, 35,9 segundos en el kilómetro con salida parada, recuperación 80-120 km/h en quinta en 17,2 segundos y una velocidad punta de 168 km/h.

Como se ve no son números de escándalo, pero tampoco son malos. Ahora, si tenemos en cuenta que el consumo homologado por Peugeot, de 4,3 litros, la cosa cambia. Tenemos un coche realmente económico en el consumo con unas prestaciones muy apropiadas para un uso tranquilo. El motor no nos va a hacer pasar apuros, porque mueve al coche sin problemas, pero tampoco es un motor especialmente brillante. Ni siquiera tiene gran par a pocas revoluciones, como es habitual en los motores turbodiésel. Se queda en 150 Nm a 1.750 rpm, que es más que lo que daba el Diésel atmosférico, pero está por debajo de los 177 que rinde el Clio 1.5 dCi, por ejemplo, que tiene 100 centímetros cúbicos más.

Sin embargo, sí que es una máquina que aporta mucha tecnología. Lleva common rail de segunda generación fabricado por Bosch y un peso muy contenido gracias a la masiva presencia de aluminio en su arquitectura de cuatro cilindros en línea. En cuanto a su capacidad de trabajo, rinde 70 CV y ofrece un par máximo de 150 Nm a 1.750 revoluciones.

Su punto fuerte, además del bajo consumo, es el gran avance en la reducción de emisiones contaminantes. Este HDI ha optimizado todo lo posible el proceso de combustión, de forma que las contaminación empieza a reducirse en los mismos cilindros. Después, lleva un dispositivo EGR de reciclado de gases de escape que permite minimizar la cantidad de óxido de nitrógeno expulsado a la atmósfera.

Como complemento del motor se ha optado por una caja de cambios de cinco marchas y relaciones muy largas. Ya conocida, esta caja tiene un tacto bastante acertado, una tónica general en un coche muy trillado y sin grandes pegas.