Contacto: BMW Compact

En junio se renueva el líder de ventas de BMW en España: el Compact, en un nuevo formato derivado del actual Serie 3. Se lanzará inicialmente con dos motores de gasolina: un 1.8 Valvetronic con denominación 316 ti y el 2.5 litros de 192 CV montado en el 325 ti.

Sobre el asfalto, y rodando, no se aprecia un funcionamiento particular. Se trata de un motor suficiente como acceso a la gama y que se ofrecerá previsiblemente a un precio muy competitivo. No se le puede exigir potencia de sobra ni reacciones fulgurantes, pero se le puede sacar bastante partido a los 116 CV si aprovechamos todo el régimen del motor, ya que a bajo régimen se muestra algo más perezoso. Se trata de un mínimo, pero un mínimo más que razonable. En cualquier caso, este mínimo nos abre las puertas a todo lo que ofrece un BMW. Va acompañado de unos materiales interiores y un acabado igual que el de cualquier Serie 3, con un cambio que facilita el aprovechamiento de la mecánica, con un tacto suave y rápido, y un bastidor que, ahora sí, está a la altura de las circunstancias, o incluso más. Dispone de control de estabilidad, DSC, de serie que tiene dos posibilidades de desconexión, al igual que las versiones de este año de todos los Serie 3. Con él conectado, la seguridad es encomiable. Entre una potencia no muy elevada, unos neumáticos de 195 mm de sección y el DSC, el error tiene que ser abismal para que el Compact no se quede dentro del asfalto en una curva. La primera posibilidad de desconexión se consigue apretando el botón del salpicadero y un testigo en el cuadro nos recuerda que rodamos sin DSC. Sin embargo, no es así del todo. Permite algo más de deslizamiento, pero mantiene en funcionamiento el control de tracción. En esta posición, sigue limitando bastante la conducción libre, cortando la alimentación si queremos insistir con el acelerador en pérdida de adherencia. Para conseguir la desconexión total y quitarle la red al trapecista, hace falta mantener el botón pulsado durante dos segundos. Entonces es el eficaz bastidor el que se encarga de todo. Y lo hace muy bien, con una estabilidad muy alta y con límites progresivos y sencillos de corregir. Resulta divertido sin poner en apuros al conductor. Para ello no se ha endurecido la suspensión, que se mantiene en un gran equilibrio de comodidad y efectividad. Cuentan con tarados específicos. El equipamiento no está definido para nuestro país, pero es previsible que cuente con el mencionado DSC, aire acondicionado y airbags laterales y de cabeza, además de lo esperable en un coche de esta categoría. Como opción quedará el volante multifunción, navegador, control de presión de los neumáticos, cambio automático Steptronic y el climatizador entre otros. Sobre el asfalto, y rodando, no se aprecia un funcionamiento particular. Se trata de un motor suficiente como acceso a la gama y que se ofrecerá previsiblemente a un precio muy competitivo. No se le puede exigir potencia de sobra ni reacciones fulgurantes, pero se le puede sacar bastante partido a los 116 CV si aprovechamos todo el régimen del motor, ya que a bajo régimen se muestra algo más perezoso. Se trata de un mínimo, pero un mínimo más que razonable. En cualquier caso, este mínimo nos abre las puertas a todo lo que ofrece un BMW. Va acompañado de unos materiales interiores y un acabado igual que el de cualquier Serie 3, con un cambio que facilita el aprovechamiento de la mecánica, con un tacto suave y rápido, y un bastidor que, ahora sí, está a la altura de las circunstancias, o incluso más. Dispone de control de estabilidad, DSC, de serie que tiene dos posibilidades de desconexión, al igual que las versiones de este año de todos los Serie 3. Con él conectado, la seguridad es encomiable. Entre una potencia no muy elevada, unos neumáticos de 195 mm de sección y el DSC, el error tiene que ser abismal para que el Compact no se quede dentro del asfalto en una curva. La primera posibilidad de desconexión se consigue apretando el botón del salpicadero y un testigo en el cuadro nos recuerda que rodamos sin DSC. Sin embargo, no es así del todo. Permite algo más de deslizamiento, pero mantiene en funcionamiento el control de tracción. En esta posición, sigue limitando bastante la conducción libre, cortando la alimentación si queremos insistir con el acelerador en pérdida de adherencia. Para conseguir la desconexión total y quitarle la red al trapecista, hace falta mantener el botón pulsado durante dos segundos. Entonces es el eficaz bastidor el que se encarga de todo. Y lo hace muy bien, con una estabilidad muy alta y con límites progresivos y sencillos de corregir. Resulta divertido sin poner en apuros al conductor. Para ello no se ha endurecido la suspensión, que se mantiene en un gran equilibrio de comodidad y efectividad. Cuentan con tarados específicos. El equipamiento no está definido para nuestro país, pero es previsible que cuente con el mencionado DSC, aire acondicionado y airbags laterales y de cabeza, además de lo esperable en un coche de esta categoría. Como opción quedará el volante multifunción, navegador, control de presión de los neumáticos, cambio automático Steptronic y el climatizador entre otros.