El motor seis cilindros y 2.5 litros ya es otra cosa. Sus 192 CV son purasangres de BMW. Empuja desde muy abajo y de forma fulgurante, retiene con una fuerza tremenda, acelera con una solvencia radical y se estira hasta volverse casi inagotable. Brillante sobre todo cuando va lanzado, no se cansa nunca. Siempre tiene un poco más que aportar. Combinado con un conjunto de chasis y amortiguación tan bueno, este motor transforma al Compact en un deportivo de raza. Pero que nadie se llame a engaños. La bravura de estos coches es más bien boyantía. Su embestida es pastueña, humillada por la electrónica. Con control de estabilidad DSC de serie, además de control de tracción y ABS con ayuda a la frenada, hay que hacer verdaderas diabluras para que se rompa la estabilidad del coche. Muy neutro de reacciones, se le notan ganas de jugar en las curvas. Es un tracción trasera, y esos admiten mal las riendas. Pero la acción del DSC es inapelable. Incluso desconectándolo cuesta mucho hacer que se encabrite el eje trasero: el control de tracción actúa sobre cualquier deslizamiento con celeridad. Aun así, las sensaciones son fuertes. El coche entra en las curvas con tanto aplomo y a tanta velocidad que la electrónica tiene que emplearse muy a fondo. Su trabajo es sobresaliente. Los anchísimos neumáticos que llevan ambos coches, sobre todo el 325, con 205/55 de goma, también contribuyen a sujetar al coche a la carretera. Lo mismo cabe decir de los frenos, que son muy capaces y resistentes, además de contar con pedales muy bien dosificados. Para el mercado español, BMW ha querido presentar el Compact de forma especial. Su equipamiento de serie es mucho más amplio que en otros mercados. Con un interior de acabado exquisito y marcado ambiente racing, este modelo se diferencia de sus compañeros de marca. El volante es de tres radios, muy deportivo, igual que los asientos. El tablero no agobia con la información y sólo lleva los relojes justos. Se une todo esto a seis airbag delanteros, climatizador electrónico, equipo de sonido con CD, posibilidad de elegir sin sobrecoste el salpicadero en el mismo color que la carrocería, etc. La lista de opciones, entre las que están el cambio Steptronic, es realmente inacabable. Hay que destacar el volante multifunción, el navegador y el ordenador de a bordo con televisión. Con todo esto, el Compact se pone al nivel de lujo de cualquiera de sus mayores. Sólo anda algo escaso de maletero, que tiene 310 litros y no da para grandes alegrías. Sí se ha mejorado la boca de carga, muy amplia. Lo mismo cabe decir del acceso a las tres plazas traseras, que ha sido rediseñado de forma que el ángulo de entrada abatiendo los asientos delanteros es mayor. El espacio atrás no es gran cosa, pero caben sin grandes problemas tres pasajeros. Su comodidad está lastrada por el gran túnel de motor. Con todo, BMW presenta un coche realmente atractivo que hará las delicias de aquellos que quieran saber cómo es un coche de alma ganadora. El motor seis cilindros y 2.5 litros ya es otra cosa. Sus 192 CV son purasangres de BMW. Empuja desde muy abajo y de forma fulgurante, retiene con una fuerza tremenda, acelera con una solvencia radical y se estira hasta volverse casi inagotable. Brillante sobre todo cuando va lanzado, no se cansa nunca. Siempre tiene un poco más que aportar. Combinado con un conjunto de chasis y amortiguación tan bueno, este motor transforma al Compact en un deportivo de raza. Pero que nadie se llame a engaños. La bravura de estos coches es más bien boyantía. Su embestida es pastueña, humillada por la electrónica. Con control de estabilidad DSC de serie, además de control de tracción y ABS con ayuda a la frenada, hay que hacer verdaderas diabluras para que se rompa la estabilidad del coche. Muy neutro de reacciones, se le notan ganas de jugar en las curvas. Es un tracción trasera, y esos admiten mal las riendas. Pero la acción del DSC es inapelable. Incluso desconectándolo cuesta mucho hacer que se encabrite el eje trasero: el control de tracción actúa sobre cualquier deslizamiento con celeridad. Aun así, las sensaciones son fuertes. El coche entra en las curvas con tanto aplomo y a tanta velocidad que la electrónica tiene que emplearse muy a fondo. Su trabajo es sobresaliente. Los anchísimos neumáticos que llevan ambos coches, sobre todo el 325, con 205/55 de goma, también contribuyen a sujetar al coche a la carretera. Lo mismo cabe decir de los frenos, que son muy capaces y resistentes, además de contar con pedales muy bien dosificados. Para el mercado español, BMW ha querido presentar el Compact de forma especial. Su equipamiento de serie es mucho más amplio que en otros mercados. Con un interior de acabado exquisito y marcado ambiente racing, este modelo se diferencia de sus compañeros de marca. El volante es de tres radios, muy deportivo, igual que los asientos. El tablero no agobia con la información y sólo lleva los relojes justos. Se une todo esto a seis airbag delanteros, climatizador electrónico, equipo de sonido con CD, posibilidad de elegir sin sobrecoste el salpicadero en el mismo color que la carrocería, etc. La lista de opciones, entre las que están el cambio Steptronic, es realmente inacabable. Hay que destacar el volante multifunción, el navegador y el ordenador de a bordo con televisión. Con todo esto, el Compact se pone al nivel de lujo de cualquiera de sus mayores. Sólo anda algo escaso de maletero, que tiene 310 litros y no da para grandes alegrías. Sí se ha mejorado la boca de carga, muy amplia. Lo mismo cabe decir del acceso a las tres plazas traseras, que ha sido rediseñado de forma que el ángulo de entrada abatiendo los asientos delanteros es mayor. El espacio atrás no es gran cosa, pero caben sin grandes problemas tres pasajeros. Su comodidad está lastrada por el gran túnel de motor. Con todo, BMW presenta un coche realmente atractivo que hará las delicias de aquellos que quieran saber cómo es un coche de alma ganadora.
Contacto: BMW Compact 316 ti y BMW Compact 325 ti
“Un coche para atraer al público joven". Esta es la contundencia con la que BMW presenta en el mercado su último producto terminado, el nuevo Compact, una edición revisada y corregida de uno de sus coches mejor aceptados. Le han pulido muchos detalles y le han dotado de algunas innovaciones que harán las delicias de los amantes de la conducción. Para empezar, un motor en primicia mundial, el 1.8 Valvetronic.
