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Pero, con ser importante este récord, McRae se muestra mucho más contento con los puntos logrados, que le colocan en condiciones de adjudicarse el título mundial, una corona que ya ciñó en 1995.
Capaz de lo mejor y de lo peor, McRae ha protagonizado accidentes espectaculares y victorias gloriosas como la de ayer, que es ya la tercera que consigue en la carrera keniana. El escocés de Ford WRC ya ganó en tierras africanas en las ediciones de 1997, 1999 y 2000.
A sus 33 años, parece haberse convertido en un especialista en ganar pruebas muy duras. En su historial destacan las tres victorias en Kenia ya mencionadas, un Rally de Argentina, tres RAC de Gran Bretaña y tres Acrópolis de Grecia, carreras todas ellas famosas por su terrible complejidad y exigencia.
Colin McRae nació en Lanark, Escocia, en agosto de 1968, está casado y tiene un hijo. Debutó en el Mundial de Rallies en 1993, ganando la prueba de Nueva Zelanda para el equipo Subaru. Desde entonces, siempre con Nicky Grist como copiloto, su trayectoria ha sido siempre ascendente. Con Subaru se proclamó campeón del mundo en 1995, segundo en 1996 y 1997 y tercero en 1998. En la temporada siguiente firmó con Ford, donde corre desde entonces al lado de Carlos Sainz. En aquel año fue sexto, posición que trocó por la cuarta plaza de 2000. El año pasado logró la segunda posición en la general del Mundial.
Controvertido y de carácter fuerte, McRae es tenido por uno de los pilotos más imprevisibles del Mundial. Hace poco, el director deportivo de Ford se quejaba de que no corría lo suficiente, asustado quizá por los muchos accidentes que ha padecido últimamente. Sin embargo, el escocés no se arruga nunca, ni cuando tiene que enfrentarse con Carlos Sainz, ni cuando tiene que vencer en las tremendas pistas kenianas para hacerse un hueco en la historia.