Una conducción más segura y descansada es sólo una de las transformaciones que puede acarrear el coche eléctrico. Así lo cree Nissan, que ha apuntado cómo este tipo de coches cero emisiones y su desarrollo puede revolucionar el uso diario del automóvil de manera inadvertida, pero también imparable. Sustenta la transformación en cuatro pilares, alguno de ellos lógico, derivado de la ausencia de un motor de combustión (ICE en inglés) y otros derivados de la filosofía de la marca en cuanto a entrega de potencia de los motores eléctricos. Son estos.
Movimientos repetitivos del pie derecho en las transiciones entre freno y acelerador. Nissan lleva años apostando por el e-pedal como elemento de reducción de movimientos durante la conducción. Presente en los actuales Nissan Leaf y Nissan Ariya, se activa y desactiva a voluntad permitiendo en la conducción normal un aumento significativo de la retención de motor (y subsiguiente aumento en la recuperación de energía) reduciendo la necesidad de uso de freno. Se conduciría pues, en la mayor parte de las ocasiones, modificando la presión sobre el acelerador para modificar la velocidad como puede suceder en la conducción urbana o una carretera sinuosa, teniendo que recurrir al freno únicamente para la última detención, a muy baja velocidad.

Eliminación de las vibraciones de los sistemas de propulsión. La menor cantidad de piezas móviles y la ausencia de explosiones en los cilindros dan ventaja a los motores eléctricos frente a los térmicos. Otro tanto sucede con las transmisiones, más sencillas y con menor número de engranajes que redundan en una menor cantidad de vibraciones. En este caso, la respuesta directa al acelerador, sin demora ni torsiones en el árbol de transmisión aporta una mejora significativa en la reducción de vibraciones además de los clásicos movimientos de cabeceo en las transiciones de marcha.
Mejora en aislamiento. La eliminación del motor térmico saca de la ecuación al mayor productor de ruido que llega al habitáculo, maximizando la percepción tanto de la sonoridad de rodadura como la del aire que choca contra la carrocería. Esto obliga a los fabricantes de coches eléctricos a subir la apuesta en cuanto a aislamiento, tanto de la zona inferior, pasos de rueda, etc. como la introducción de elementos absorbentes, entre ellos parabrisas con mayor insonorización, que maximizan el silencio de marcha.
Correcciones del volante. La tracción integral e-4orce facilita la modificación del par motor en tiempo real en función de la adherencia de la vía, velocidad y ángulo de giro de volante para facilitar la trayectoria ideal, reduciendo la intervención directa del conductor, especialmente en vías deslizantes. Adicionalmente, en zonas de firme irregular o blando, como pudiera ser nieve o arena, la entrega de potencia sería modulada para mitigar el cabeceo del vehículo, colaborando con la suspensión en reducir, una vez más, los movimientos de carrocería que suponen movimientos del cuerpo y modificación del eje visual, también responsables de la fatiga imperceptible que recibimos mientras circulamos en coche.