Llevamos ya muchos años hablando de la electrificación en el mundo del automóvil, y lo cierto es que, aunque la implantación está siendo lenta, la realidad es que el coche eléctrico está ya aquí y ha venido para quedarse. En cambio, también llevamos hablando mucho tiempo de los coches voladores, si bien no existe todavía ninguna apuesta en firme que ya opere ni una normativa que regule su funcionamiento y uso en las ciudades.
Aun así, siguen apareciendo nuevas propuestas que apuntan a que no queda mucho tiempo para que veamos a las primeras creaciones sobrevolar las calles y los edificios. La propia Hyundai, uno de los fabricantes de automóviles más importantes, se aventuró a decir que antes de que termine la presente década el coche volador será ya toda una realidad.

Sin embargo, la última nos llega desde Israel, desde la marca Urban Aeronautics. El CityHawk todavía está en fase de prototipo y realizando sus primeras pruebas. El vídeo de más abajo de cómo este coche volador eléctrico ya se está probando en el aire. Su diseño es de lo más particular, principalmente porque no cuenta con alas: aterriza y despega de forma vertical y, aunque las imágenes del prototipo en pruebas no encajan tanto con las primeras recreaciones por ordenador, ya nos podemos hacer una idea de lo que se traen entre manos.
Urban Aeronautics cuenta además con la colaboración de la compañía Hypoint, de Estados Unidos, para incorporar su tecnología de pila de combustible; es decir, que este CityHawk está impulsado por hidrógeno. Con capacidad para cinco ocupantes y una longitud de 7,7 metros (y 4,42 metros de alto), su uso fundamental sería como taxi o como vehículo de emergencias: sus compactas dimensiones y la ausencia de alas le permitirían aterrizar y despegar de forma sencilla y cómoda en casi cualquier lado a pie de calle y en las azoteas de los edificios. Con un depósito de hidrógeno de 1.000 litros y un peso total en vacío de 1.170 kg, su autonomía anunciada es de 150 kilómetros.

Todo ello, gracias también a su tecnología llamada “Fancraft”, que cuenta con dos hélices ocultas o rotores en la parte frontal y trasera del CityHawk para aportar estabilidad al vuelo y, además, como anuncian desde Urban Aeronautics, sin hacer mucho ruido. Su tecnología de conducción autónoma y a sus sensores 360 grados le permiten además detectar obstáculos en el aire (otros coches voladores, edificios, tendidos eléctricos…) y poder volar durante la noche y con condiciones meteorológicas difíciles.