Ciclistas en el tráfico: vulnerables e invisibles

Un estudio presentado por la Fundación Mapfre y Bosch señala que más de un sesenta por ciento de los conductores no repara en la presencia de los ciclistas durante la conducción.

La frenada automática de emergencia con reconocimiento de bicicletas puede evitar accidentes por debajo de 40 km/h
La frenada automática de emergencia con reconocimiento de bicicletas puede evitar accidentes por debajo de 40 km/h

A partir de encuestas a más de mil conductores, pero también mediante sofisticados métodos de monitorización de la actividad ocular y cerebral, se puede decir que para la mayoría de los conductores, los ciclistas en el tráfico “no existen". Al menos, no de manera consciente para el conductor, que por tanto, no percibe su presencia delante de ellos como un potencial peligro. Y el peligro existe, a juzgar por los datos mostrados, en el que los ciclistas representaban el 4,2% de los fallecidos en 2017 en accidentes de tráfico.

Los expertos reconocen que gran parte de la conducción se realiza con el cerebro funcionando de una manera "automática", salvo que reciba señales de alerta que le hagan concentrarse. Esas alertas no tienen que ser necesariamente peligros, sino alteraciones de la conducción normal, como un atasco, algo que se mueve súbitamente hacia él, la presencia de un color llamativo… De esto se desprende una de las conclusiones que se desprenden del estudio “La atención en la conducción: ciclistas invisibles para los conductores" que, presentado por Bosch y Fundación Mapfre señala, entre otras, la importancia de llevar un chaleco y reflectantes. De este modo, se llama la atención inconscientemente al cerebro de los conductores, tanto de día, como de noche, para que se les preste atención. De acuerdo con el estudio, el uso del chaleco en los ciclista aumenta un 39% la percepción eficaz del ciclista entre los conductores. Entre otros apuntes, José Monclús, director de Prevención y Seguridad Vial de Fundación MAPFRE, señaló que solo un 4% de los conductores advierta la presencia de un ciclista como una situación de riesgo. Y apuntó que la bicicleta ya está “para quedarse", como un integrante más del tráfico y que, de manera recíproca, los propios ciclistas van adquiriendo “conciencia y responsabilidad como conductores". El titular de la presentación de Mapfre no puede ser más concluyente: "menos del 40% de los conductores que adelanta a un ciclista en ciudad recuerda haberlo visto".

Crecen las víctimas ciclistas en ciudad

A medida que la bicicleta se integra y su uso se generaliza, también lo hace su implicación en accidentes. Sin embargo, las estadísticas temporales reflejan que mientras que en trazados interurbanos los accidentes con ciclistas aumentan de forma ligera, en ciudad el porcentaje de accidentes se ha disparado en los últimos años. Es en vías urbanas donde se registran la mayoría de los accidentes con ciclistas (un 72% de los mismos). Los estudios constatan que las situaciones con mayor riesgo de choque entre un ciclista y un vehículo a motor resultan ser las intersecciones. La tipología de los accidentes en intersecciones es muy variada, y por el tamaño de la bicicleta y la diferencia de velocidades, no solo se producen choques transversales, sino también alcances o colisiones laterales circulando ambos en el mismo carril.

Ciclistas en el tráfico: vulnerables e invisibles

Ciclistas en el tráfico: vulnerables e invisibles

Frenado automático con detección de ciclistas

Hay soluciones tecnológicas que permitirían reducir el número de accidentes con ciclistas. Bosch ya ofrece sistemas de frenado automático de emergencia para vehículos, capaces de reducir hasta en 40 km/h la velocidad en la que se produciría un choque con un ciclista. Se trata de sistemas basados en cámaras estéreo en el parabrisas, o combinaciones de cámara y radar en el frontal, capaces de identificar tanto peatones como bicicletas y otros vehículos e iniciar la frenada para evitar una colisión o minimizar los daños en caso de no conseguir evitarlos. El sistema puede activar automáticamente los frenos al detectar el riesgo de chocar con un ciclista, mientras se circule por debajo de 80 km/h. Si se circula por debajo de 40 km/h y existen buenas condiciones de adherencia, el sistema de Bosch es capaz de detener el coche por completo antes de que se llegue a producir el choque. Según Bosch, la generalización de este sistema en coches nuevos se irá produciendo rápidamente, dado que se trata de un equipo casi imprescindible para todos los modelos que quieran obtener cinco estrellas en la calificación Euro Ncap.

Para la cabeza, casco y autoescuela

Para Monclús, en la mejora de la seguridad de los ciclistas la formación es fundamental. También se conseguira fomentando experiencias que permitan a los conductores ponerse en la piel de los ciclistas y juzgar ellos mismos las situaciones y vivencias sobre dos ruedas. Por supuesto, usando un casco bien abrochado y homologado. Cree Monclús que es clave para reducir la siniestralidad el promover en los vehículos la frenada automática de emergencia con reconocimiento de peatones y ciclistas. La vía para ello, tanto con** información en los compradores** de automóviles, como implementando incentivos fiscales para su aplicación. Curioso, porque viniendo del mundo de los seguros, estos sistemas deberían abaratar la prima por los siniestros que pudieran evitar, en lugar de encarecerla por el riesgo de resultar dañados los equipos en un accidente.