Motor construido artesanalmente, chasis probado en los circuitos, frenos a prueba de cualquier conducción, interior y exterior deportivo y elegante... Chrysler ha tirado la casa por la ventana para fabricar su Crossfire SRT-6. De hecho, es uno de los modelos que más miradas atrae de todo el Salón de Ginebra. El Crossfire SRT-6 está inspirado en el mundo de las carreras y sus números son de impresión, pero Chrysler asegura que no sólo de aceleración vive este modelo: “Se maneja bien, se detiene en el canto de una moneda", aseguran sus creadores. Es –según afirman- capaz “de ganar el decatlón de las prestaciones automovilísticas". Para ello, se han centrado en cinco puntos: motor, conducción y manejabilidad, frenos, exterior y equipamiento interior. Vayamos, como ellos, por partes. El Crossfire SRT-6 está impulsado por un motor 3.2 con compresor. Realizado a mano, genera 330 CV de potencia y 420 Nm de par motor. Además, rinde el 90 por ciento de su par entre 2.300 y 6.200 rpm. Según estos datos, es un motor prácticamente incansable. Chrysler afirma que el 0 a 100 km/h se realiza en poco más de 5 segundos.Y todo este derroche es muy fácil de llevar... Para ello, lo han asociado a una caja automática de 5 velocidades AutoStick (explican que resulta muy eficaz para gestionar la potencia extra del motor, especialmente a bajas revoluciones). La carrocería también está a la altura, ya que han aumentado la rigidez de la del Crossfire “normal".“Capaz de detenerse en el canto de una moneda"... Quizás la frase sea algo exagerada, pero lo cierto es que Chrysler no ha escatimado detalle para lograr que así sea. La suspensión ha sido mejorada con un reglaje de altas prestaciones. Se incluyen neumáticos Michelin Pilot Sport con un tamaño nada desdeñable (225/40 ZR18 delante y 255/35 ZR 19 detrás) y se ha configurado el control de estabilidad para que intervenga sobre el sistema de frenos y el acelerador y evite así pérdida de adherencia de las ruedas. Además, el control de tracción actúa –aseguran- a cualquier velocidad.Normalmente, cuando un fabricante presenta un deportivo, hace gala de sus aceleraciones y recuperaciones. Chrysler, en el caso del Crossfire SRT-6, además, presume de las distancias de frenado de este modelo: precisa 35 metros para detenerse lanzado a 100 km/h, aseguran. Para ello, han optado por instalar en las cuatro ruedas frenos de disco autoventilados (330x32 mm los delanteros; 300x22 mm en los traseros) con pinzas de doble pistón. Si todos estos datos no te han impresionado, no te pierdas su imagen. Sus líneas angulosas, su gran spoiler trasero, sus llantas de aleación ultra ligera SRT de 15 radios, la capota rígida de la versión roadster... Sus 4.059 mm de largo y sus 1.766 de ancho están diseñados bajo lupa. ¿Y qué decir de su interior? Su velocímetro, que se extiende hasta los 320 km/h, sus asientos de cuero inspirados en las carreras, su volante deportivo... hasta parado acelera el ritmo cardiaco. El Voyager 2.8 CRD Automático
El Voyager ya tiene más de 20 años, pero Chrysler continúa apostando por él. Ahora, recibe una nueva versión. Equipado con un motor turbodiesel de 2,8 litros, este modelo rinde 150 CV de potencia y tiene 306 Nm de par. Además, va unida a una caja automática de nuevo cuño y ha reforzado su dotación de seguridad.
Chrysler crea ''el decatleta de las prestaciones''
En el stand de Chrysler relucen tres siglas: SRT. La “Street and Racing Technology" ha llegado a sus modelos para lograr auténticos purasangre de circuito adaptados a la vida cotidiana. El resultado es, según afirman, “el vehículo definitivo", su reluciente Crossfire SRT-6.
