Carlos Tavares, presidente de Stellantis: "hay una alfombra roja para las marcas chinas en Europa"

El presidente de Stellantis, Carlos Tavares, es el dirigente automovilístico que habla más claro y duro. Y no duda en criticar a los políticos y sus normas que hacen que la transición hacia la electrificación no sea tal y con el ciudadano medio como el más perjudicado en su libertad de movilidad. Estas son algunas de sus últimas “verdades” tras un encuentro con los jurados europeos del Car of the Year en el que estuvo presente Autopista.es.

Juan Carlos Payo

El presidente y CEO del Grupo Stellantis, Carlos Tavares
El presidente y CEO del Grupo Stellantis, Carlos Tavares

La ofensiva china era predecible. No es ninguna sorpresa, ya sabíamos que venían y con unos precios competitivos. Mientras, se nos pide desde Europa que el coche que vendamos debe ser seguro, limpio y asequible para el gran público pero las regulaciones hacen los coches más caros”.

Las decisiones y regulaciones europeas son dogmáticas. No hay política neutral y solo se focaliza en el eléctrico y eso no es bueno. Sin energía eléctrica verde no hay objetivo verde. Lo primero debería haber sido la energía verde, luego la infraestructura... Si los políticos quieren que la gente se mueva con coches eléctricos, tendrían que haberse asegurado antes de que habría energía eléctrica limpia suficiente, y de eso quizás estamos todavía a 20 años. Además, necesitaremos también unos 10 años para contar con la infraestructura de recarga necesaria. El pragmatismo debe ganar al dogmatismo. No podemos ser únicamente eléctricos. Las condiciones en las que competimos en Europa favorecen a los chinos pero a nosotros nos sucede lo contrario cuando queremos ir a China. Para sobrevivir en esta competición con los chinos no podemos ser naif”.

No veo factible un eléctrico en el medio plazo en el entorno de los 20.000-25.000 euros. Para ese precio necesitaríamos controlar precios de materiales, apoyos públicos a las gigafactorías europeas… Tampoco se nos permite pedir tiempo a la Unión Europea para competir con los chinos. Los ciudadanos han decidido con su voto poner en riesgo a la industria automovilística y veremos las consecuencias. Tendría que haber una transición que protegiese a la industria europea para poder reducir costes o penalizar impositivamente los productos chinos durante 10 años. Y no es lo mismo un eléctrico que cueste 25.000 euros en un país que en otro, porque para unos será asequible y para otros caro. La clave está en bajar el precio de la batería, y ésa será la forma de competir con las marcas chinas. La decisión dogmática que se tomó de vender solo coches eléctricos en 2035 en la UE tiene consecuencias sociales inmanejables. Esta capa de dogmatismo se podría intentar corregir con una capa de pragmatismo que focalizase en las ventas de híbridos. Será muy difícil ofrecer coches de cualquier tipo por menos de 20.000 euros (excluyendo bonificaciones) en los próximos tres a cinco años ¡y menos fabricados en Francia!".

Euro7 nos va a obligar a gastar horas de ingeniería y dinero para unos motores de combustión que no tendrán sentido en unos años y que no vamos a poder rentabilizar jamás. Preferimos invertir esos recursos ya ahora en electrificación. El objetivo debería ser alcanzar las emisiones cero, no la electrificación como tal. No estamos en contra de fragmentar y sí a favor de colaborar”.

"Me gustaría una posición clara y que los políticos se mojen diciendo si están a favor o están en contra de la movilidad de las familias, y si están a favor o no de que un usuario pueda coger el coche el sábado por la mañana para viajar junto a los suyos y ejercer su libertad de usar un vehículo particular".

"Los políticos han sido los que han elegido la tecnología, no la industria, y eso es una nueva muestra de dogmatismo, cuando la industria es más partidaria del pragmatismo. El desembarco de los fabricantes chinos no es una sorpresa. La UE ha estado creando esta oportunidad para los fabricantes asiáticos. El primer error fu dejar que los líderes políticos tomaran decisiones científicas”.

"Se debería proteger a la industria europea en este periodo de transición hasta el 2035, porque la llegada de fabricantes chinos supone un riesgo añadido, y nuestra industria necesita tiempo para llevar a cabo esta transformación".

En la transformación de los últimos años hemos visto fragilidad de la industria europea. Los líderes europeos no han analizado el riesgo y solo han apostado por la velocidad de la transformación”.

Cuando los motores de combustión interna se desvanezcan, la clase media no podrá permitirse la movilidad porque las baterías son muy caras. Los fabricantes asiáticos pueden darse el lujo de estar en números rojos durante unos años para ganar cuota de mercado. Las condiciones para que los chinos compitan en Europa son mucho más favorables que las condiciones para que los fabricantes europeos compitan en China. Si no protegemos la industria europea durante la transformación, habrá riesgo de perderla”.

Setellantis Carlos Tavares CEO
Setellantis Carlos Tavares CEO

"¿Cómo proteger la libertad de movimiento de las clases medias que no van a poder acceder a la compra de un vehículo eléctrico? Decir a la clase media quédate en casa no es manejable políticamente. Debemos ofrecer una solución de transición para que las clases medias sigan reemplazando sus coches antiguos por híbridos, menos contaminantes, pero aún no eléctricos”.

Los impuestos a la importación de vehículos de China deberían ser simétricos a los que se aplican a los vehículos occidentales en China. Hay una alfombra roja para los fabricantes chinos en Europa, y no es así como nos reciben en China. Por otro lado, parece estar generalizándose la opinión política que busca burbujas proteccionistas que solo lograrán encarecer precios y no tendremos más remedio que vender vehículos de fabricación europea en Europa. Nos adaptaremos aunque veremos quién sobrevive a 2030”.

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