El cadmio se utiliza en las baterías de los coches eléctricos, que son cada vez más numerosos y viables. Según los expertos que asesoran a la Comisión Europea, este metal "puede causar daños a la salud humana".
El cadmio es un elemento pesado y altamente contaminante. Se ha demostrado que provoca daños en los riñones de las personas, además de acumularse fácilmente en muchos seres vivos, sobre todo microorganismos y moluscos, pasando con ellos a la cadena alimenticia.
La Comisión recuerda que existen ya alternativas reales en el mercado, como las baterías de níquel metalhidruro y, a más largo plazo, las de iones de litio.
La directiva comunitaria que obliga a reciclar los coches usados, aprobada por la UE en mayor de 2000, incluye una prohibición general de los metales pesados y dispone que plomo, mercurio, cadmio y cromo hexavalente queden prohibidos a partir del 1 de julio de 2003 en la fabricación de coches.
Magot Wallstrom, comisaria europea de Medio Ambiente, asegura que el objetivo de la Comisión es "poner fin al uso del cadmio asegurando, al tiempo, el uso de los vehículos eléctricos, mucho más respetuosos con el entorno".